12/28/2011

Usar medias de red




Cuando algo está catalogado vulgar o lleva un peso sexual como parte de su esencia, es difícil que la gente reaccione bien ante ese objeto o concepto. El estampado de animal, por ejemplo, requiere de una persona muy elegante y distinguida para no verse corriente. Las medias de red, que vimos por años solo en las mujeres de dudosa reputación, corren con la misma suerte.
Irónicamente, yo veo que hombres y mujeres se fascinan ante las medias de red, pero muy pocas de nosotras nos atrevemos a usarlas. “No todo el mundo las sabe llevar”, me dijo el otro día el coordinador de moda de Marie Claire, Jorge Estrada. Lo cual es cierto. Por ello, aquí te van las reglas para ponértelas y gozarlas, sin malas interpretaciones:
1.- Las medias de red tienen suficiente textura y son muy llamativas, por lo que no se deben coordinar con ropa estampada.
2.- Deben llevarse sólo si tus piernas son delgadas.
3.- Elígelas en colores oscuros.
4.- Úsalas con faldas ligeramente arriba o abajo de la rodilla, no con mini faldas.
5.- No las utilices rotas a menos de que quieras un look dark.
6.- Combinarlas con zapatos o botines altos, no con botas.
7.- Para robarte las miradas de los caballeros, ponte las medias con calzado de tacón decididamente femenino.

LaBeauty: Rénergie Yeux Multiple Lift de Lancôme.




La industria de la belleza no sólo basa su éxito en sus avances tecnológicos, sino también en sus originales ideas. Se trata de lanzar novedades que a muchas de nosotras nos sorprenden y que adoptamos encantadas porque, en el fondo, nos hacían falta.
Ese es el caso de este tratamiento doble para ojos, cuya fórmula blanca utiliza el complejo GF-Volumetry que reduce las arrugas y reafirma la piel de la zona de alrededor de los ojos. Sin embargo, es la crema color carne en el compartimento superior, que sirve como corrector, reductor y desinflamante, la que verdaderamente hace la diferencia, pues puede usarse como cosmético y, a la vez, mejora la apariencia de la tez y le brinda luminosidad a la mirada.
Por si todo eso fuera poco, es una crema que dura y no cuesta tanto, por lo que en precio eficiencia se convierte en una fuerte rival para los tratamientos de otras marcas en el mercado. 

12/18/2011

Ante la duda…



Siempre me sorprende el margen de error en la interpretación de un código de vestimenta. Pero cuando el asistente a un evento no tiene ni una pista sobre la manera en que se supone debe arreglarse, los desastres se multiplican.
Ayer fui a una boda. La invitación decía: formal, lo cual, según los novios, expresaba el deseo de que las mujeres fueran de largo y los hombres de smoking o, por lo menos, de traje. Habría que haber especificado que se requería “etiqueta rigurosa” y aún así, ¿cuántas personas habrían tenido la curiosidad de descifrar el término y de respetar las reglas de los anfitriones? El resultado seguramente te lo imaginas: llegaron mujeres con mallas y botas, lo mismo que con vestiditos como para ir al antro. Algunas pocas fueron de largo y la mayoría iban vestidas como para asistir a un coctel.
Hace un par de semanas sucedió justo lo contrario: una amiga asistía a un gran evento en Inglaterra y la invitación pedía, una vez más, llevar vestimenta formal.  Ella, desde luego, no estaba del todo segura de si debía ponerse vestido largo o corto y vino a consultarme. Mi consejo fue que llevara un atuendo francamente de noche, pero no largo. “Para ir de largo debe especificar back tie”, le dije. “Todas las que vayan de largo lucirán fuera de lugar y pondrán en evidencia que no salen a eventos lo suficiente.” A su regreso el reporte fue positivo: un par de despistadas fueron de vestidos largos, pero la mayoría, incluyendo a mi amiga, se sintieron ciudadanas del planeta gracias a su adecuado atuendo.
La Real Academia Española plantea, cuando se tiene la duda de poner una palabra con mayúscula o minúscula, optar por la minúscula. Bueno pues, la misma regla impera bajo los códigos de vestimenta confusos. Ante la duda, el vestido corto es mucho mejor opción que el largo.

12/09/2011

Creáre, para el talento mexicano


Zapato ganador en la categoría de estudiantes.


Cinco años lleva invertidos Anna Fusoni en el concurso Creáre, que se ha dado a la tarea de encontrar talento nacional para impulsarlo. Los estímulos no sólo están basados en los premios materiales, sino en el apoyo y la experiencia que la industria brindará a los ganadores año con año.
El lugar: León, Guanajuato. La zona industrial del estado que produce calzado y marroquinería, a nivel masivo lo mismo que con calidad de exportación, lo que nos colocó en un sitio privilegiado hace unos años y complicado en la actualidad, debido a la importación de productos chinos a bajo precio.
Creáre tiene, entonces, una misión: encontrar el eslabón perdido entre el diseño y el negocio. El cuero es la materia prima y los estudiantes tanto como los profesionales que trabajan con él, se convierten en un caldo de cultivo que podría ver nacer al Jimmy Choo mexicano o, cuando menos, al Nine West nacional.
La convocatoria para este concurso se publica a comienzos del año y cuando éste está por terminar, un panel de jueces es llevado hasta León para determinar los diseños que son dignos de competir y, finalmente, de lograr el triunfo.
Las bases del concurso son establecidas puntualmente y deben ser respetadas al pie de la letra. No obstante, para mi sorpresa, los estudiantes entendieron y aplicaron mejor los criterios que los llamados “profesionales”. Esto hizo que los jueces comentáramos nuestro desconcierto y remarcar irónicamente que ese patrón nos demostraba el triste presente que vivimos hoy, pero nos hacía tener esperanzas sobre el talento que está en plena preparación, en las universidades, y que, esperamos, terminará brillando como diamante bien facetado.
Nada me haría más feliz que poder calzarme unos zapatos o llevar una bolsa de estos ganadores. Pero para que ese milagro suceda, necesitamos que los industriales reconozcan la necesidad del diseño propio, original y con valor comercial que enamore al mercado nacional e internacional. Basta de hacer zapatos burdos para vender en el centro de las grandes ciudades. Dejen de copiar modelos que funcionen para las marcas internacionales. Valoren la calidad y la estética por igual. Sólo miren los pies de las jóvenes y descubran que lo que han estado haciendo por años no está de moda y no es en absoluo competitivo.
Mis felicitaciones a los ganadores. Mi doble reconocimiento a los estudiantes que fueron distinguidos con un galardón. Pero no se duerman en sus laureles. Ustedes nos dieron una lección importante: la excelencia tiene que ver con la auto-exigencia. Lo que nos lleva a pensar en Fusoni y su gran trabajo en Creáre. Me quito el sombrero, Anna, espero que este concurso guarde grandes satisfacciones para ti y las personas que te han apoyado con esta gran iniciativa.

11/13/2011

InBeauty. Bottega Veneta: el perfume para vivir la sofisticación.



El viernes 11/11/11 fue un día de suerte para muchos y yo no fui a excepción. Ese día recibí una flores hermosas, acogí visitas inesperadas, bebí champagne con mis amigos y me regalaron una fragancia inolvidable. Todas esas sensaciones perdurarán en mi memoria, pero ese perfume será un recordatorio constante que me hará sentir afortunada por mucho tiempo.
Los perfumes son mi punto débil en el camino de la moda. No lo digo porque me vuelvan loca, sino por lo contario, es rarísimo que me anime a probar uno en mi piel, mucho menos aún a usarlo o comentarlo. Desde que descontinuaron mi adorado perfume Envy, de Gucci, me he sentido un tanto desamparada. Las únicas fragancias que me han incitado a la infidelidad olfativa han sido: Balenciaga y Balenciaga Paris. Pero no fue hasta mi viaje a Florencia, hablando con un alto ejecutivo de Coty Prestige sobre mi problema para encontrar un perfume sustituto del  Envy, que me sugirieron probar la nueva y flamante fragancia de la marca italiana Bottega Veneta.
La descripción del ejecutivo en cuestión fue muy seductora. Recorríamos Florencia en un Mercedes Benz, mientras él me trataba de describir el aroma. “No es floral”, dijo inmediatamente ante mi oposición a la fragancia dulce de las flores que en mi piel se vuelve verdaderamente insoportablemente empalagosa. “Tiene una nota a cuero muy elegante, con bosque y madera”, aseguró, como si estuviera revelando el atajo a mi felicidad. Cuando el auto se detuvo a la entrada del hotel, él me dio las instrucciones precisas para visitar la boutique Bottega Veneta (solo ahí se vende se perfume) y me invitó a usarlo antes de declarar mi aprobación. ¡Abra cadabra!
Entre bolsas espléndidas, unos lentes de sol muy tentadores y un ambiente de elegancia en la boutique, sometí al perfume sugerido al difícil test. Toda la noche volví a oler mi muñeca, en donde apliqué el jugo, para comprobar que me seguía gustando el aroma.
La moda italiana puede tener un lado escandaloso y hasta vulgar, pero cuando se trata de refinación y elegancia, ese país se pinta solo. El perfume Bottega Veneta pertenece al extremo de la sofisticación. Con un fijador potente, pero sin ser un perfume invasivo, este aroma refleja el DNA de su marca. La piel impera. Hay una sensación cálida y sensual acentuada por un toque polvoso, que la ha hecho ser descrita como un lujo privado invisible. Pero de que se percibe, se percibe.
Con bergamota italiana, pimienta rosa brasileña, musgo de roble y un toque de diferentes tipos de patchouli, dudo mucho que este perfume sea para una mujer muy joven. Porque su cuerpo y textura cremosa se identifican más con un estilo definido y con un toque de personalidad fuerte. Digamos que es el código contrario a un perfume cítrico o marino. Este es un aroma mundano, terrenal y ciertamente carnal. Da ganas de morder, por lo rico que huele.
He disfrutado dos días oliendo diferente a mí. Pero me gusta mucho. Tanto, que recuerdo esa incómoda aflicción que avisa, con cierto dolor, que estás lista para entregarte a una nueva pasión.

11/02/2011

Gozar el mundo del Signore Cavalli



Roberto Cavalli era, para mí, sinónimo de un diseñador de ropa estrafalaria que nada tenía que ver con mi gusto personal. Sin embargo, como cronista de moda que soy, no podía ignorar que su estética había cimentado un nombre sólido y una clientela ávida de sus creaciones. Así que cuando me invitaron a conocerlo personalmente, imaginaba que visitaría su villa y su atelier, guardando la distancia con el diseñador que se ha atrevido a vestir a celebridades como Verónica Castro y J-Lo, resaltando la ya de por sí obvia vulgaridad de esas estrellas.
Mi primera prueba de que estaba en un error, fue al recibir una pieza de joyería que aguardaba para mí, como obsequio, en la habitación del hotel. Al verla pensé: ¿a quién se le puede ocurrir que me colgaría un cuerno negro? Pero al día siguiente, al ver ese mismo collar en algunas de las invitadas al evento, poco a poco me fue pareciendo un objeto interesante y al final del viaje decidí quedármelo, no sin antes haberme enterado de que lejos de ser un cuerno, el colgante es un tipo de pimiento que es símbolo de buena suerte.
Llegar a la villa donde vive Cavalli también fue una sorpresa, pues a pesar de que había algunos elementos que distinguen a su marca  -estampados de animales, colmillos y cuernos- también fue una grata sorpresa encontrar la manera en que se fusionaban con otros objetos de arte y que la mezcla lucía muy bien.
El diseñador florentino hizo su aparición en público con sus clásicos lentes oscuros y un pastor alemán a su lado. Después se integró su esposa, Eva, vestida impecablemente sin muestras de estampados animales en su atuendo.
Esa tarde, visité la fábrica Roberto Cavalli y tuve la oportunidad de ver a los diseñadores de los vistosos textiles haciendo los estampados en la computadora, después pude observar el proceso del estampado en rollo y por pantalla individual así como el estricto control de calidad al que se somete cada tela. En una de las máquinas estaban trabajando en un estampado de pitón al que le aplicaron cerca de 15 tonos, para poder dar esa impresión de que las escamas tienen dimensiones diferentes. Después de ver ese fantástico trabajo, tuve que admitir que me hubiera comprado una blusa con ese complicado motivo.
Más tarde pasé a la oficina de Eva, quien además de ser la compañera sentimental de Cavalli, es la directora creativa de la firma. La cantidad de imágenes, estampados, objetos y fotos era sobrecogedora. No sabía a dónde voltear. Supongo que por eso, al llegar a la oficina del mismísimo diseñador, ya mis ojos estaban acostumbrados a la estimulación máxima.
Roberto Cavalli es un hombre agradable. Trataba de hablar inglés, pero sabía que Eva estaba ahí para explicarle o traducirle lo que no entendiera del todo. Habló con soltura mientras lo entrevisté para Marie Claire, Caras y Harper´s Bazaar.  Reía al hacer bromas y casi se derrite de ternura cuando vio al perro, volver a su lado, después de dar un paseo por los jardines.
Eva, por su lado, es una mujer guapa, elegante y muy agradable. Ella respondía algunas de las preguntas y complementaba las de su marido con claridad e inteligencia.
Por la noche los Cavalli hicieron una gran fiesta. La casa tenía mesas cuya mantelería estaba hecha con las magníficas telas de la fábrica: sedas con todo tipo de estampado animal. Pero también tenían velas, copas de cristal, flores y las servilletas con dibujo de tigre. Todo era muy barroco, saturado, pero de buen gusto. No supe cómo, pero tuve el deseo de poner una mesa así en casa. Sólo había pasado un día en el ambiente Cavalli y ¡ya me habían transformado!
Ahora pienso que Cavalli tiene muchas más virtudes que saberse vender. Su identidad es el fuerte de la marca. Pero el hombre y la mujer que están detrás, trabajando cada temporada, sin duda son dos pilares que sostienen ese inmenso prestigio con un amor salvaje por la moda.
Estampado de pitón siendo sometido a control de calidad.

Oficina de las diseñadoras de estampados en Roberto Cavalli. 
Rollos de seda que se han estampado en la fábrica del diseñador florentino.

10/14/2011

InBeauty: Pestañas a la alza




Reconozco que cuando descubrí el poder de LiLash sobre las pestañas, me pareció un exceso lo que costaba.  Para colmo, me tocó calificar ese producto para el Premio de Belleza Marie Claire y no pude aplicármelo, porque es demasiado fuerte y mi piel reaccionó de inmediato con alergia. Pero me quedó el consuelo de mi hermana se benefició con su formula y pudo tener unas largas y rizadas pestañas, donde antes se veían más bien pequeñas y tímidas.
Pero LiLash ha visto surgir muchísima competencia, con diferentes grados de eficiencia y precios variados. Afortunadamente, cayó a mis manos un producto llamado DabaLash que no me genera alergia y que, además, ha hecho crecer mis pestañas notablemente. En especial ahora que estuve grabando el programa de televisión En busca de una nueva diva México, los maquillistas me pegaban pestañas postizas y eso acabó con las mías. Así que usar este líquido todas las noches, cuando la piel está limpia y libre de maquillaje, ha vuelto a repoblar mis pestañas y les dio un volumen fenomenal. Como cereza del pastel está su precio, que es muy inferior al de LiLash, además de que se vende en los Sanborns, lo cual lo hace fácil de encontrar. 

Buenas puntadas


Derecho, revés. No parece haber mayor ciencia. Pero cuando se trata de la colección de Pepa Pombo, las cosas se ponen más complicadas.
No se trata de inventar texturas, cuestión que Pombo y su hija, Mónica Holguín, dominan hace muchos años. Ni de proponer siluetas originales, porque es muy probable que a esa virtud le deban, estas diseñadoras colombianas, parte de su éxito. El reto es mandar a la pasarela una colección redonda: con concepto, propuesta, coherencia y swing. Algo que lograron en la semana de la moda Mercedes Benz DFashion México.
Siempre he dicho que si diseñar una colección normal es complicado, una de tejido de punto debe ser aún más complejo. No obstante, la firma Pepa Pombo lanzó siluetas impregnadas de color y sus motivos, en negativo positivo, lograron transformar las prendas tejidas, en piezas indispensables para la próxima primavera-verano del 2012.

¿Por qué tienen esa cara las modelos?


Vero Jack, la modelo del mes (octubre 2011) de la agencia Shock Modeling.
Un día llegué a casa quejándome amargamente del apodo que nos habían puesto, a mi mejor amiga y a mí, en la universidad. Mi papá me escuchó lamentarme, pero cuando supo que nos decían “Las piedritas” por ser tan pesadas, le dio un ataque de risa. Después de carcajearse a sus anchas, me dijo: “No te preocupes, hija, a los hombres nos gustan mucho las mujeres pesadas.” Con esa frase mi padre sintió que había nacido para decirme algo verdaderamente trascendente en la vida.
Pasaron muchos años antes de que yo me encontrara en esta industria llamada moda y tuvo que transcurrir más tiempo para percatarme que nosotros los fashionistas tenemos esa misma debilidad. Queremos mujeres altas, delgadas, con personalidad, que proyecten seguridad y parezcan muy pesadas.
Recientemente, llevé a un amigo a que viera un desfile de moda por primera vez. Cuando le pedí sus impresiones al respecto, habló de su sorpresa al ver la expresión malencarada de las modelos al desfilar. Así que me avoqué a explicarle que la moda no admite sonrisas. “Si sacas unas fotos con la modelo feliz, inmediatamente parece de catálogo”, le aseguré. “En las pasarelas es lo mismo: nadie quiere ver a una mujer amigable y que sea accesible. Por el contrario, buscamos admirar a esa modelo lejana y perfecta que no nos quiere cerca.” Vayan ustedes a saber por qué nos volvimos así de masoquistas, pero el punto es que, después de todo, mi papá no estaba tan errado. 

9/30/2011

Besos peligrosos




A mi querido Daniel

Besar tiene sus riesgos: enamorarse, descubrir que no hay química o simplemente saber cuando el amor desapareció. Pero para los celiacos, besar unos labios pintados con un producto que contenga gluten, puede significar un par de días con malestar estomacal, por decir lo menos.
La celiaquía es el padecimiento en el que existe una intolerancia al gluten y éste es generalmente ingerido a través del trigo, el centeno, la cebada, el triticale, la espelta y la avena. Lo que muy pocas personas saben, es que muchos de los cosméticos contienen gluten. Los productos que se aplican directamente a la piel no causan mayor problema. Sin embargo, los labiales son un foco rojo para las usuarias y quienes las besan, ya que la boca es la puerta de entrada al aparato digestivo en donde reside el problema.
Si eres o conoces a alguien que es celiaco no está por demás darle las siguientes recomendaciones:
·      Que todos los cosméticos y cremas que se aplican alrededor de la boca, incluyendo el labial desde luego, no contengan gluten.
·      La persona que no sea celiaca debe evitar ingerir alimentos con gluten minutos antes del beso.
·      Se recomienda usar pasta y enjuague bucal sin gluten así como hilo dental para mayor seguridad del celiaco.
Algunos labiales que no contienen gluten son:
·      Todos los de la marca Sisley.
·      Todos los de la marca After Glow.
·      Todos los de la marca Bare Minerals.
·      High Impact Lip Colour SPF 15, Butter Shine Lipstick y Chubby Sticks, de Clinique.
·      Signature Hydrea Lustre Lipstick, de Estée Lauder.
·      Color Design, Color Fever y Juicy Tubes, de Lancôme.
·      Shiny-Licious Lip Gloss y Moisture Extreme, de Maybelline.
·      Lip Boost Moisture Lipstick SPF 20, de Neutrogena.
Los labiales no llevan una lista de sus ingredientes en el tubo, sino en la caja. En caso de dudas, lo mejor es llamar a un representante de la marca. También puede ser útil consultar el blog: glutenfreecosmeticscounter

9/24/2011

¿Lógica o moda?



Siempre he pensado que alguien con sentido común debe vestirse bien. No estoy hablando de llevar atuendos a la última moda ni de que sean, necesariamente, estéticos. Me refiero a que la moda es como las buenas maneras: responde a una lógica. Por ejemplo, una mujer con guantes nunca debe a sentarse a comer con ellos, ¿por qué? Pues porque no sólo los ensuciaría, sino que con ellos puestos, su sentido del tacto sería pobre y terminaría siendo un desastre con los cubiertos, las copas, etc. Otro ejemplo similar: ¿por qué las personas no deben ponerse lentes oscuros cuando comen? Simple: porque distorsionan los colores de los alimentos y no permiten el contacto visual con el resto de los comensales, lo cual impide que hagan una verdadera conexión humana durante la conversación y terminen siendo un elemento aislante. Estos dos ejemplos son una muestra de que las reglas de la etiqueta en el vestir están fundamentadas en un aspecto más práctico que frívolo y superficial, como normalmente se piensa.
Desde luego, existen excepciones y me temo que el guardarropa masculino aplica en esta categoría. Porque, sinceramente, ¿qué tiene de lógica una corbata que cuelga estorbando y metiéndose en la sopa? Me temo que nada.
Mi punto, sin embargo, tiene que ver con las novedades del siglo que rebasan cualquier sentido práctico e incluso estético. Pienso en las botas destalonadas y despuntadas, por ejemplo. Las botas son el calzado ideal para proteger a los pies del frío. ¿Qué pasa cuando cubren y  descubren al mismo tiempo? Y, ¿qué me dicen de los shorts con mallas abajo que se ponen las adolescentes? Si usas esta prenda es porque hay calor y no quieres tapar tu piel con una gruesa malla, ¿o sí? Incluso detalles más sutiles, como ponerte medias con un zapato destalonado con una traba en el tobillo, resultan verdaderamente absurdos, si consideramos que estos diseños tienen el propósito de airar el pie, ¿para que cubrirte la piel entonces?
Lo triste del caso es que estas “innovaciones” vienen de la moda callejera. De la gente que carentes de recursos económicos o educación, van mezclando elementos sin ningún sentido estético ni funcional. Es como cocinar sin talento para combinar ingredientes y, peor aún, sin jamás haber comido en un buen restaurante.
Esas propuestas urbanas se elevan de los barrios bajos y llegan a ser retomadas por los fashionistas o por los mismos diseñadores. Pero, francamente, nunca pierden ese aspecto burdo y maleducado que contradice la esencia del buen vestir. 

9/18/2011

Mi clóset está sobrepoblado



No tiene remedio: por mucho que quiera disimularlo, hay prendas que cuelgan en mi clóset más por afecto que por utilidad. Tengo la bata de franela de mi papá. Como es lógico me queda grande,  pero me gusta verla ahí y que me traiga la imagen de mi padre en el desayunador enfundado en esa prenda. Está también el caftán que tuve que comprarme en Marruecos, cuando mi maleta no llegó y me resigné a festejar el fin del milenio como esa traje azul oscuro que no marca ni una curva y que, desde luego, nunca me he vuelto a poner. Qué decir de los zapatos de piso, rebordados en lentejuela, que compré en la barata de Bergdorf Goodman, porque finalmente esa tienda había pensado en alguien de talla 5. La verdad es que nunca fueron cómodos y no veo cuándo más tenga oportunidad de ponérmelos para lucirlos sin caminar.
En vano esperé que Saks hiciera la barata en la que te recibían tus jeans viejos y te daban un gran descuento si comprabas unos nuevos. Me parece muy difícil, si no imposible, regalar mis zapatos, porque las mujeres que, como yo, tienen un pie de Wilma Picapiedra, no suelen torturarse con las plataformas o los altísimos tacones en los que yo me subo.
Total que he faltado a la promesa de comprar y desechar que llevaba a cabo cuando tenía menos espacio en el armario. Pero ahora necesitaría una habitación completa para ver lo que hay entre gancho y gancho, actualmente, colgado en mi clóset.
Mea culpa, mea culpa, mi terrible culpa. ¿Cómo pretendo disfrutar las bondades de mi clóset si lo tengo como museo?

9/09/2011

Pasado Labor day




En Estados Unidos el final del verano lo marca Labor day.
El primer lunes de septiembre es feriado y la gente asume que es el final de los horarios de trabajo relajados, las visitas a la playa y los asados al aire libre. Claro, estoy hablando de estados en donde el frío impera la mayor parte del año y, por lo tanto, las estaciones son muy pronunciadas.
Pero aún cuando el clima es benigno, esa fecha es el banderazo que marca guardar todo lo que tenga una paleta de colores veraniegos para lanzarse a las tiendas y boutiques por las novedades otoñales.
En el D.F., donde el verano no es nada caluroso, poca gente hace el esfuerzo de simular que hay sol y ponerse ropa ligerita. De hecho, no es raro encontrar personas con botas, bufanda y abrigo trabajando en la oficina. Para ellos, será lo mismo que haya pasado Labor day, pero para los adictos de la moda, o los puritanos que somos cuadraditos con la moda, se nos ha liberado de la presión de vestirnos y congelarnos antes que ir en contra de la supuesta temporada.

9/04/2011

Valentino y su imperio



Ayer leía que van a llevar la vida del famoso diseñador a un musical en Broadway y que él estará más en control de esa obra, ya que la experiencia de filmar un documental de su última colección no fue precisamente fácil. Entonces decidí volver a ver la película, Valentino The Last Emperor, y me pareció lógico que al neurótico creador le pareciera mala idea mostrar todos sus berrinches en una cita que se suponía sería un homenaje a su trabajo.
Tal como sucedió con The September Issue en donde Anna Wintour aparece como una villana déspota y desalmada, el film que muestra la cercana relación entre Valentino y su compañero, profesional y personal, Giancarlo Giammetti, deja en evidencia la dinámica de amo-esclavo en la que puede convertirse una relación simbiótica entre el genio y el que sostiene con grandes malabares esa genialidad para mantenerla a flote a pesar de su propia dignidad.
Cuando menos Valentino Garavani hace un sentido reconocimiento público a Giammetti al recibir una importante condecoración. Mientras que Grace Coddignton, la talentosa Directora creativa del Vogue norteamericano, sólo se ganó la empatía y admiración de los que percibimos su gran frustración cuando se da cuenta de que la gélida Wintour deshace su trabajo sin siquiera consultarla.
Valentino, a sus 45 años de ser protagonista de la historia de la moda mundial, aparece, en ese film, como un hombre iracundo y excesivamente bronceado que ha perdido el piso y admite estar más interesado en sus perros que en su futuro incierto como veterano de las pasarelas.
Hoy nadie cuestiona su talento, ni la astucia de Giammetti para mantener a Valentino en la cima. Las preguntas inevitables al conocer la noticia del musical de su vida, por lo tanto, no tienen que ver con el desacuerdo respecto al lugar en donde se conoció la pareja de amantes y socios que llevaron la casa francesa al éxito, ni de su complicada relación, sino sobre quién hará el papel de los pugs del diseñador (importantísimos en su historia) y cuál será la reacción de Valentino al ver al protagonista, en pleno escenario, con el rostro maquillado de naranja.
Ficha técnica:
Valentino The Last Emperor
De: Matt Tyrnauer
Acolyte Films

Nota adicional:
No puedo evitar sonreír cuando recuerdo el momento en que Karl Lagerfeld felicita a Valentino por su último desfile y le dice al abrazarlo: “Sólo tú y yo hacemos moda, los demás hacen garras.” Cuando el ego tiene como respaldo una trayectoria impecable, no queda más que admitir que la verdad no se replica, por lo que el agasajado no dijo ni mu.

8/28/2011

Lección 12 y última para ser diva


Intolerancia. Tal vez se me subió lo diva, porque ya mi paciencia había llegado al límite. Con decirles que por primera vez alcé la voz pidiendo que se apresuraran los encargados de la grabación y Martha Debayle me miró como si me hubiera salido una cabeza extra y después dijo: “¡Ándale, Lucy, ejerce tu autoridad!” La diva dócil, cooperadora, siempre sonriente ya no estaba de humor para perder su día mientras la producción se organizaba. Me quería ir a casa ya.
Pero al final salí de la hacienda hasta las siete de la noche. No sin antes tomarme fotos con gran parte del staff y abrazar a todos los que me acompañaron en mi aventura. El técnico que me cantaba De qué manera te olvido mientras colocaba el ventilador frente a mí. El de sonido cuya habilidad lograba introducir bajo mi ropa el micrófono sin que lo sintiera y me sorprendía al encontrar cinta micropore en los lugares más recónditos de mi cuerpo cuando me bañaba. La chica que se encargó de mi maquillaje y peinado. La mujer que me avisaba cuántas horas faltaban para grabar. La joven talentosa que se hacía cargo de los guiones y nuestro bienestar. Tantos y tantos personajes que hacen un programa realidad.
El infierno se convirtió en un temazcal de cariño al terminar la grabación. Todos se felicitaban por haber resistido los mosquitos, la extrema temperatura y los obstáculos de cada día. El líder de la manada estaba radiante. Adorado por todos nosotros, Marcello nos abrazaba, nos besaba, nos invitaba a cenar y prometía una buena cantidad de tequila para alegrar la noche.
Cuando cerré mi última maleta alguien estaba tocando mi puerta. Qué digo tocando, estaba a punto de tirarla. Cuando abrí me encontré dos de las mejores sonrisas: la de Rebecca y la de Marcello. Venían a despedirse de mí. Sabían que mi única petición había sido irme tan pronto se hiciera fade-out y estaban ahí para indicarme que el chofer me esperaba y que sentían que no me quedara a la celebración esa noche. Los abracé, les di las gracias y me fui hacia mi vida sin deberme nada. Había hecho mi mejor esfuerzo. Concluí la serie. Hice amistades maravillosas que se quedarán conmigo para siempre. Mi corazón estaba lleno.
Una nueva diva tendrá su programa de televisión. Las otras once aspirantes quizá desistirán o tal vez utilizarán lo aprendido para buscar otra oportunidad más adelante. Mientras tanto yo, aspirante a diva, regresé a casa contando mis bendiciones.

Lección 11 para ser diva



El final se acerca. Las divas se preparan para tomar decisiones y todas tenemos la sensación de que no habrá vuelta atrás. Decidir quién será la nueva diva para el canal Casa Club TV no es tan fácil como parece. Las concursantes no son perfectas (¿quién lo es?), pero aquí tendremos que evaluar no sólo lo que se califica en el momento, sino su desarrollo durante todo el proceso.
Mientras esos sucede, las divas están a punto de empacar sus múltiples maletas para regresar a casa. Rebecca Rincón y Lucy Pereda volverán a Miami con su ropa de invierno intacta, ya que según las instrucciones de Marcello, necesitaban vestuario para una hacienda en donde haría frío. No pudo estar más equivocado. El calor imperó durante las dos semanas, pero en el infierno llegaba a ser un exceso. Hicimos bikram TV y pusimos a prueba el maquillaje, el peinado y el vestuario que, sin duda, irá directo a la tintorería.
Martha Debayle comenzó a grabar en vivo su programa de radio desde aquí, por lo que había que interrumpir nuestras grabaciones durante esa transmisión. Yo, por mi parte, iba por la vida buscando señal para conectarme al Internet y editar Marie Claire a larga distancia. Ahora, ambas volveremos al DF para retomar nuestras labores diarias como si estos 10 días lejos de lo nuestro no hubieran existido.
Será interesante ver si se me pegó algo de las divas. Aprender de mujeres experimentadas y con tanto éxito espero que me venga bien. Extrañaré algunas cosas, a mucha gente con la que trabajé aquí, pero no sé si voy a echar de menos el tortuoso proceso de esperar horas enteras la señal para empezar a grabar.
Estas dos semanas fueron para mí una prueba en muchos sentidos. La tolerancia, la paciencia y el aislamiento fueron retos interesantes para las candidatas de reality, lo mismo que para nosotras. Pero, además, me encanta reconocer que salí de mi terreno de control y confort para darle una probadita a otro medio en el que no soy nadie. Jugué el papel de diva, ciertamente, pero por esta vez yo era la inexperta, la nueva y la insegura. Fue un ejercicio interesante y fortalecedor. Gracias a ustedes por acompañarme en el proceso.

8/25/2011

Lección 10 para ser diva



Rayos, truenos y centellas.  ¿Cuál otra  podría ser la razón para posponer una grabación a las 12:30 de la noche? En la Hacienda San Gabriel de Palmas no hay pararrayos así que era riesgoso continuar con el tercer programa de la jornada.
 Katya Segura, la editora de la revista OK llegó a compartir el escenario de las divas. Ella estaba tan fresca por la mañana, pero por la tarde ya había sido atacada por los mosquitos y sus piernas, antes perfectas, mostraban los múltiples piquetes cual heridas de guerra. El cansancio también se lo contagiamos, pues entre el calor y el tiempo muerto, cuando llegó el momento de hacer el segundo programa, todas sufrimos para elevar la energía. Aún así, el equipo deseaba completar el tercero para poder disfrutar de la cama unas cuantas horas más a la mañana siguiente. Por desgracia, Tlaloc no estaba de acuerdo y decidió estropear nuestros planes. Tuvimos que irnos de regreso a la habitación con maquillaje retocado y una muda de ropa fresca.
Estamos en la recta final del reality. Ya casi ha llegado el momento para evaluar si aprendí o no el oficio de diva. Reconozco que todavía me falla el timing para preguntar durante las entrevistas pero, a cambio, confieso que mis preguntas se han afinado; no me da nervios sentarme frente a las cámaras, ya no me siento intimidada por las divas, me divierto y gozo el proceso de grabación y hasta existe la posibilidad de que extrañe hacer tele en un futuro cercano. No obstante, me alegrará saber que soy dueña de mi tiempo, de mi imagen y de el orden y significado de mis palabras. No sé si me acerco al concepto de diva hoy, pero tengo mejor idea de lo que no quiero ser en el caso de lograrlo. Eso ya es un buen progreso.

Lección 9 para ser diva



El espejo es una obsesión para Lucy Pereda. El maquillaje lo es para todas. Porque sucede que después de verte pintada como charola michoacana, es difícil enfrentar tu rostro sin gota de maquillaje. Por eso tenemos a las actrices y conductoras mexicanas llevar pestañas postizas, intensas sombras y rubores protagónicos al súper y hasta se creen que se ven naturalitas. Ruego que no me pase eso. Que pueda volver a mi labial rojo sin extrañar las pestañas postizas.
Pero así como los ricos también lloran, las divas también sufren. Entre las capas de maquillaje con múltiples retoques de polvo y las luces ardientes, la piel se va secando al grado que, al final del día, parece un pergamino. El pelo tiene su propia tortura, pues con el calor del infierno, nos toca lavarlo diario y someterlo a la pistola de aire, la plancha y el spray durante todo el día. Me pregunto cómo llega una diva a verse guapa y saludable fuera del estudio, pues su piel está cansada y su melena opaca de tanto aspirar a la perfección frente a las cámaras.
El día empezó con una entrevista a un sexólogo. El pobre hombre llegó el día anterior y nos siguió de aquí para allá preguntando cuándo le haríamos su programa. Tuvo que quedarse a dormir y si no fuera porque amenazó con irse, quizá su espera se hubiera prolongado algunas horas más…unas 12. Por suerte, el hombre floreció ante las cámaras y nos recetó, a las 8:30 de la mañana, algunos tips para ponerle sal y pimienta a nuestra vida sexual. A mí me preguntó mi signo zodiacal y cuando le respondí que era Leo, se le ocurrió describir una escena que me despertó. “ Los Leo, hombres y mujeres, tienen como talón de Aquiles la columna vertebral”, dijo el experto y yo inmediatamente lo descalifiqué. Afortunadamente la columna no ha sido un tema central en mi vida, pensé incrédula. “Imagínate, Lucy, que te ponen de espaldas y te pasan la lengua por cada vértebra”, agregó. Abracadabra. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y comencé a darle rienda suelta a la imaginación. Para cuando pude regresar al estudio mentalmente, mi corazón latía con un ritmo acelerado y mis mejillas habían adquirido un color más rosado que el rubor que me pusieron temprano al maquillarme. Nunca había imaginado que una diva tendría que librar las trampas de su libido en plena grabación.
Como consuelo de tontos, me tranquilizó saber que todos sentimos que el infiernos se calentó unos grados más allá de lo normal. Los técnicos estaban tan callados durante la entrevista, que hubiera sido posible escuchar caer un alfiler.
Bendito tema el del sexo, pues me hizo viajar y encontrarme con un ser muy querido. Me permitió postrarme en la cama, desnudar mi espalda y olvidarme, por un rato, de tratar de ser diva.


8/23/2011

Lección 8 para ser diva



He sido el banquete de los mosquitos. Estos piquetes arden, se hinchas y dan una comezón endiablada. Rebecca dice que ella ya está anémica de tanta sangre que ha donado en pro de la alimentación de los insectos y Lucy Pereda, que se cuida como muñeca de porcelana, tiene los tobillos al doble de tamaño y ya ni se queja al respecto.
Esta mañana leíamos el guión casi recién salido de la computadora de Marcello. En él, había una indicación que nos sorprendió. Decía: “Cuando entran las concursantes una voz de Dios dice…” Entonces, Samira preguntó qué era eso. Marcello respondió que en algunos países así se indica una voz en off (una voz que se escucha sin que se vea al locutor). “¡Ah, muy apropiado”, intervine yo, “la voz de Dios en el infierno”, y todos reímos.
Lo que nunca imaginamos es que, llegado el momento, la voz que escuchamos era la de Frank, el floor manager. Lo curioso del asunto es que él es argentino. Pues sí, ¿qué otra nacionalidad hubiera podido elegir el Dios en nuestro infierno?
El agotamiento general imperaba. Es probable que grabar tres programas el día anterior haya sido demasiado para todos. Cuando menos la producción se aseguró de que sus divas estuvieran alimentadas a sus horas. Aunque la lluvia arruinó los planes de hacer el segundo programa y cancelaron la grabación hasta la mañana siguiente. Había que empezar temprano, eso sí. ¡Ouch!
Hubiera sido fabuloso dormir a pierna suelta, pero los piquetes de moscos nunca dejaron de molestar. Rosados, calientes, ardientes y testarudos, han invadido la piel, antes perfecta, de nuestras divas.


Lección 7 para ser diva

Rebecca Rincón en primer plano y Lucy Pereda en el segundo. Las divas.


Las divas estaban cansadas.  Es que, en contra de la tradición cristiana, el domingo hicimos tres programas en lugar de dos. Lo único que nos sostenía era el deber. Llegó el momento en el que ya ni hablábamos. El humor sarcástico de Rebecca se apagó como una vela. Marcello empezó a hablar en portugués creyendo que lo hacía en español. Teníamos hambre y mucho calor. Pero todo salió bien. Ese es el tamaño de un verdadero profesional.
Cuando finalmente salimos del infierno ya la recepción de la hacienda estaba cerrada y la puerta de mi hermosa suite tenía una candado enorme que la resguardaba. Para colmo, el restaurante dejó de dar servicio a partir de las 11 p.m. Lo cual implicaba que había que irse a la cama sin cenar. Pero, ¿cuál cama? Nada me apetecía menos que pedirle posada a alguien. Soy de la idea de que si voy a dormir acompañada, es porque hay alguien entre las sábanas con el cual me provoca pasar la noche. Pero no parecía haber remedio: el personal estaba dormido y yo sin cuarto de hotel. Entonces, se me ocurrió que quizá entre el cambio de zapatos, el retoque de maquillaje o las idas y venidas de mi celular, quizá le había dado la llave a alguien de la producción. Le pregunté a Samira, la asistente de Marcello, a los de maquillaje y a las de vestuario y nada. No pude evitar maldecir al tipo que con tanto gusto había recibido mi llave para guardarla y que después se fue a casa a descansar dejándome sin techo.
Las divas empezaban a estresarse porque no había cena. Por ello, el productor ejecutivo, Gustavo Huertas, decidió aventurarse al pueblo para traernos alimentos. Así que mientras él preguntaba a las divas su elección de comida, yo iba desesperada buscando a alguien que apareciera mágicamente la llave de mi cuarto. De pronto, se hizo el milagro: alguien levantó la voz indagando si alguien tenía la llave y una despistada chica salió de la biblioteca, que fue adaptada como oficina de producción, diciendo que sí. ¡Lotería! El pobre hombre de la recepción al que le recordé a su madre, al menos una docena de veces, había tenido la cortesía de dejar mi llave con ella. Menos mal.
Una vez con la llave en mano ya no me importaba ir a la cama con hambre. Rebecca y la otra Lucy, sin embargo, aceptaron esperar la comida del pueblo. Ellas me dieron la reseña de lo que recibieron como cena por la mañana y puedo afirmar que hice bien en pasar.
Las divas amanecieron con mucho esfuerzo. No obstante, tenían que lucir divinas y estar con la energía a tope. Sólo así se puede llamar alguien una verdadera diva.

8/21/2011

Lección 6 para ser diva



Mientras el equipo finalmente dormía, yo me desperté a las seis de la mañana y salí al despuntar el sol hacia el Distrito Federal. Con la presión de saber que justo ese día sería el reto Marie Claire y prácticamente el programa lo teníamos que hacer el equipo editorial de la revista, junto con la producción de En busca de una nueva diva, volví tan pronto pude resolver unos asuntos en la capital.
No había acabado de entrar la camioneta, cuando ya estaba alguien bajándome de ella para conducirme a maquillaje. La sonrisa de Marcello delataba que estaba satisfecho con la construcción del clóset que tantos corajes le había hecho pasar.
Maquillaje, peinado, repelente para moscos y el vestido recién planchado. Ya estaba lista para volver al infierno. Jorge Estrada, el coordinador de moda de mi revista, estaba ahí con todo el equipo para hacer el reto. También había llegado, desde Cancún, el diseñador del vestido que yo llevaba puesto. Este era nuestro día, un programa dedicado a la revista Marie Claire.
La primer sorpresa fue un vestido que Marcello mandó a hacer como regalo para mí. ¡Wow! No voy a describirles cómo era, porque ustedes tendrán que verlo cuando pase al aire. Bastará decir que dibujó en mi rostro una sonrisa que todavía tengo puesta y eso que ya es media noche.
El mismísimo Marcello decidió darnos a Jorge y a mí muchas cosas que decir durante el programa. Pero, a la mitad de la grabación, Martha Debayle decidió irse. Las divas, Lucy Pereda y Rebeca Rincón, estaban desconcertadas. Sin embargo, rápidamente se sustituyeron los parlamentos de la conductora y me los asignaron. Para el corte a comer llegó Marcello pidiendo un aplauso en mi honor. No porque hubiera hecho mi trabajo extraordinariamente, sino porque ya me había convertido en una verdadera diva. “Hoy Lucy le arrebató una pregunta a Martha”, dijo, “y cuando le asigné unas palabras a Jorge, las dijo ella.” Todos reímos, pero lo que decía era verdad. Un poco más a tono con el tema de moda, mis intervenciones fueron más agresivas y, aparentemente, hasta me convertí en ladrona de los parlamentos de los demás. Disculpa, Jorge. Sólo hice lo que he aprendido aquí.
Mentiría si dijera que todo fue miel sobre hojuelas. Hablar a cámara relajadamente no es fácil. Pero Rebeca me dijo que sacara mi más linda sonrisa y me divirtiera. Sus palabras aliviaron la tensión. Todo salió mejor en la segunda toma y se quedó la tercera que resultó más energética. Hay que pasarla bien, eso es todo. Olvidarse de lo que la gente dirá de mí cuando me vea en la tele. ¿Qué más da? Lo bailado nadie me lo quita.
El reto Marie Claire salió formidable. Estoy orgullosa de mi equipo. Me siento feliz de ser parte de este reality. ¡Gracias, Marcello, ha sido un día muy especial!