11/13/2011

InBeauty. Bottega Veneta: el perfume para vivir la sofisticación.



El viernes 11/11/11 fue un día de suerte para muchos y yo no fui a excepción. Ese día recibí una flores hermosas, acogí visitas inesperadas, bebí champagne con mis amigos y me regalaron una fragancia inolvidable. Todas esas sensaciones perdurarán en mi memoria, pero ese perfume será un recordatorio constante que me hará sentir afortunada por mucho tiempo.
Los perfumes son mi punto débil en el camino de la moda. No lo digo porque me vuelvan loca, sino por lo contario, es rarísimo que me anime a probar uno en mi piel, mucho menos aún a usarlo o comentarlo. Desde que descontinuaron mi adorado perfume Envy, de Gucci, me he sentido un tanto desamparada. Las únicas fragancias que me han incitado a la infidelidad olfativa han sido: Balenciaga y Balenciaga Paris. Pero no fue hasta mi viaje a Florencia, hablando con un alto ejecutivo de Coty Prestige sobre mi problema para encontrar un perfume sustituto del  Envy, que me sugirieron probar la nueva y flamante fragancia de la marca italiana Bottega Veneta.
La descripción del ejecutivo en cuestión fue muy seductora. Recorríamos Florencia en un Mercedes Benz, mientras él me trataba de describir el aroma. “No es floral”, dijo inmediatamente ante mi oposición a la fragancia dulce de las flores que en mi piel se vuelve verdaderamente insoportablemente empalagosa. “Tiene una nota a cuero muy elegante, con bosque y madera”, aseguró, como si estuviera revelando el atajo a mi felicidad. Cuando el auto se detuvo a la entrada del hotel, él me dio las instrucciones precisas para visitar la boutique Bottega Veneta (solo ahí se vende se perfume) y me invitó a usarlo antes de declarar mi aprobación. ¡Abra cadabra!
Entre bolsas espléndidas, unos lentes de sol muy tentadores y un ambiente de elegancia en la boutique, sometí al perfume sugerido al difícil test. Toda la noche volví a oler mi muñeca, en donde apliqué el jugo, para comprobar que me seguía gustando el aroma.
La moda italiana puede tener un lado escandaloso y hasta vulgar, pero cuando se trata de refinación y elegancia, ese país se pinta solo. El perfume Bottega Veneta pertenece al extremo de la sofisticación. Con un fijador potente, pero sin ser un perfume invasivo, este aroma refleja el DNA de su marca. La piel impera. Hay una sensación cálida y sensual acentuada por un toque polvoso, que la ha hecho ser descrita como un lujo privado invisible. Pero de que se percibe, se percibe.
Con bergamota italiana, pimienta rosa brasileña, musgo de roble y un toque de diferentes tipos de patchouli, dudo mucho que este perfume sea para una mujer muy joven. Porque su cuerpo y textura cremosa se identifican más con un estilo definido y con un toque de personalidad fuerte. Digamos que es el código contrario a un perfume cítrico o marino. Este es un aroma mundano, terrenal y ciertamente carnal. Da ganas de morder, por lo rico que huele.
He disfrutado dos días oliendo diferente a mí. Pero me gusta mucho. Tanto, que recuerdo esa incómoda aflicción que avisa, con cierto dolor, que estás lista para entregarte a una nueva pasión.

11/02/2011

Gozar el mundo del Signore Cavalli



Roberto Cavalli era, para mí, sinónimo de un diseñador de ropa estrafalaria que nada tenía que ver con mi gusto personal. Sin embargo, como cronista de moda que soy, no podía ignorar que su estética había cimentado un nombre sólido y una clientela ávida de sus creaciones. Así que cuando me invitaron a conocerlo personalmente, imaginaba que visitaría su villa y su atelier, guardando la distancia con el diseñador que se ha atrevido a vestir a celebridades como Verónica Castro y J-Lo, resaltando la ya de por sí obvia vulgaridad de esas estrellas.
Mi primera prueba de que estaba en un error, fue al recibir una pieza de joyería que aguardaba para mí, como obsequio, en la habitación del hotel. Al verla pensé: ¿a quién se le puede ocurrir que me colgaría un cuerno negro? Pero al día siguiente, al ver ese mismo collar en algunas de las invitadas al evento, poco a poco me fue pareciendo un objeto interesante y al final del viaje decidí quedármelo, no sin antes haberme enterado de que lejos de ser un cuerno, el colgante es un tipo de pimiento que es símbolo de buena suerte.
Llegar a la villa donde vive Cavalli también fue una sorpresa, pues a pesar de que había algunos elementos que distinguen a su marca  -estampados de animales, colmillos y cuernos- también fue una grata sorpresa encontrar la manera en que se fusionaban con otros objetos de arte y que la mezcla lucía muy bien.
El diseñador florentino hizo su aparición en público con sus clásicos lentes oscuros y un pastor alemán a su lado. Después se integró su esposa, Eva, vestida impecablemente sin muestras de estampados animales en su atuendo.
Esa tarde, visité la fábrica Roberto Cavalli y tuve la oportunidad de ver a los diseñadores de los vistosos textiles haciendo los estampados en la computadora, después pude observar el proceso del estampado en rollo y por pantalla individual así como el estricto control de calidad al que se somete cada tela. En una de las máquinas estaban trabajando en un estampado de pitón al que le aplicaron cerca de 15 tonos, para poder dar esa impresión de que las escamas tienen dimensiones diferentes. Después de ver ese fantástico trabajo, tuve que admitir que me hubiera comprado una blusa con ese complicado motivo.
Más tarde pasé a la oficina de Eva, quien además de ser la compañera sentimental de Cavalli, es la directora creativa de la firma. La cantidad de imágenes, estampados, objetos y fotos era sobrecogedora. No sabía a dónde voltear. Supongo que por eso, al llegar a la oficina del mismísimo diseñador, ya mis ojos estaban acostumbrados a la estimulación máxima.
Roberto Cavalli es un hombre agradable. Trataba de hablar inglés, pero sabía que Eva estaba ahí para explicarle o traducirle lo que no entendiera del todo. Habló con soltura mientras lo entrevisté para Marie Claire, Caras y Harper´s Bazaar.  Reía al hacer bromas y casi se derrite de ternura cuando vio al perro, volver a su lado, después de dar un paseo por los jardines.
Eva, por su lado, es una mujer guapa, elegante y muy agradable. Ella respondía algunas de las preguntas y complementaba las de su marido con claridad e inteligencia.
Por la noche los Cavalli hicieron una gran fiesta. La casa tenía mesas cuya mantelería estaba hecha con las magníficas telas de la fábrica: sedas con todo tipo de estampado animal. Pero también tenían velas, copas de cristal, flores y las servilletas con dibujo de tigre. Todo era muy barroco, saturado, pero de buen gusto. No supe cómo, pero tuve el deseo de poner una mesa así en casa. Sólo había pasado un día en el ambiente Cavalli y ¡ya me habían transformado!
Ahora pienso que Cavalli tiene muchas más virtudes que saberse vender. Su identidad es el fuerte de la marca. Pero el hombre y la mujer que están detrás, trabajando cada temporada, sin duda son dos pilares que sostienen ese inmenso prestigio con un amor salvaje por la moda.
Estampado de pitón siendo sometido a control de calidad.

Oficina de las diseñadoras de estampados en Roberto Cavalli. 
Rollos de seda que se han estampado en la fábrica del diseñador florentino.