8/28/2010

¿Qué estudiar para trabajar en la moda?



Si alguien me hubiera contado que en tan sólo algunos años el número de escuelas de diseño de moda se duplicarías cada año, simplemente no lo hubiera creído. Cuando yo quise estudiar esa carrera había una sola escuela dedicada al tema: La Corregidora. Esa institución era muy técnica y tenía poco que ofrecer en la parte teórica así que opté por estudiar comunicación. Más adelante tuve que seguir mi verdadera vocación, por lo que decidí irme a estudiar moda a Los Angeles, C.A.

Al comenzar la carrera de diseño de moda supe, inmediatamente, que no tenía ningún talento para el patronaje. Entonces decidí cambiar mis materias técnicas por otras correspondientes al diseño de aparadores. En su momento tuve serias dudas sobre esa decisión, porque mi sueño era tener mi colección de ropa y había escuchado decir que hay que saber más patronaje que otras cosas para convertirse en un diseñador bueno. Sin embargo, a la distancia, creo que intuitivamente ya iba eligiendo un camino editorial más que de diseño.

Lo que nunca imaginé, ni en mis más ambiciosos sueños, es que terminaría dirigiendo revistas. Antes de llegar a mi destino final, pasé por varios puestos. En algunos trabajos me ayudó mucho ser comunicóloga, en otros, las materias de diseño y aparadorismo fueron superútiles. Hice de todo: vender ideas para adornar camisetas, coordinar la producción de esas mismas playeras, hacer control de calidad, dibujar flats (los croquis de las prendas para los catálogos o look books), diseñar ropa para tiendas departamentales, diseñar una colección de camisetas, hacer la publicidad y catálogos de El Palacio de Hierro y, finalmente, escribir de moda y belleza para revistas y periódicos. Ciertamente tuve suerte al entrar como colaboradora, primero, y después como Editora de moda a Vogue (en donde también hacía las veces de coordinadora de moda). Fue mi primer trabajo en la parte editorial y siempre le estaré agradecida a Noe Agudo, el editor de ese entonces, por darme semejantes oportunidades.

Al estar en este medio por tanto tiempo, he podido ver los diferentes aspectos que una persona interesada en la moda puede desarrollar laboralmente. Escribir y editar una revista son mi verdadera pasión. Pero sé que podría dar clases, conferencias, asesoría de moda o retomar mi trabajo de guionista (que fue lo que me llevó a estudiar comunicación) para hacer programas de televisión sobre estilo de vida. Otros muchos colegas se han dedicado a ser compradores, aparadoristas, ilustradores, coordinadores de moda o asesores de estilo a muy alto nivel. Tengo una amiga, por ejemplo, cuyo trabajo consiste en elegirle la ropa que van a lucir los conductores de los noticieros de Fox News en Nueva York.

Lo que me interesa es trasmitir a todos los cientos de estudiantes de las carreras de diseño de moda o comunicación, que hay miles de caminos hacia la moda. Lo único que requieren es una verdadera pasión.

Aquí les dejo el link a mi escuela en Los Angeles
http://fidm.edu/

8/27/2010

El sexto pecado capital



La envidia no produce. Esa es una de mis conclusiones después de reunirme con otros profesionales de la industria y descubrir que el que sobresale, es blanco de críticas u obstáculos que colocan sus enemigos y recibe muy poco, si no es que nada, de apoyo.


El envidioso ataca, inventa historias, resiente el éxito del otro. Mientras que el envidiado pierde gran cantidad de su energía defendiéndose, desafiando a la crítica, esquivando los golpes. Esa es la realidad mexicana. El ejemplo que puso Ofelia Murrieta, durante la mesa redonda de la Universidad Iberoamericana, es un clásico: “He escuchado de mil iniciativas, incluso cartas al Presidente, para evitar que la marca Pineda Covalín utilice diseños mexicanos para su mercancía”, dijo contundente la diseñadora de una hermosa línea de joyería en plata. “Porque nosotros no podemos soportar el triunfo de otro mexicano”.


Esa misma noche escuchaba comentarios similares sobre la recién estrenada Miss Universo. Que era fea, que tenía al narcotráfico detrás de su corona, que había muchas más bonitas que ella, se decía. Francamente no conozco demasiado a Jimena Navarrete, pero yo podría afirmar que se ve muy linda en las fotos. Sin embargo, hasta ese comentario encontró adversarios: “Es sólo fotogénica”, afirmaron a mi alrededor los que la vieron ganar. Todo se ha dicho, menos que sentimos orgullo de que hayan calificado a una de nuestras mujeres como la más bella del planeta.  


Lo irónico de ese lastimoso pecado es que nadie gana y todos pierden. Para colmo, el envidioso sufre terriblemente, no puede conciliar el sueño y se atormenta imaginando historias felices que adjudica al que tiene o sabe hacer algo que él, se siente incapaz de lograr. Todo eso lleva mucho tiempo, tiempo perdido que podría emplearse para producir o cuando menos intentarlo.


Sé muy bien que en ese ojo del huracán se encuentran personas que yo admiro y respeto. Desde luego Cristina y Ricardo (de Pineda Covalín), pero ahí también están diseñadores como Daniel Espinosa, Jesús Ibarra y Bertholdo, editores como Sara Galindo o fotógrafos como Iván Aguirre. Ellos, como cientos de mexicanos productivos, merecen trabajar en paz y si el triunfo les ha sonreído, es porque tienen talento y se han dedicado a perfeccionarlo. No sé ustedes, pero yo hago una reverencia para ellos y muchos otros que están haciendo algo por la moda en México. Desearía poderles hacer un segundo piso para que circulen sin dificultad y ahí, en las alturas, que es donde están, puedan poner el nombre de nuestro país.


Yo me hago a un lado para que construyan su carrera libremente. ¿Lo harías tú?

8/25/2010

La moda antes y después de INFASHION y algo más

Me siento muy orgullosa, no sólo por haber formado parte del maravilloso equipo de INFASHION, sino también porque esa revista nos sigue dando satisfacciones. En una tarde cualquiera, nos reunimos siete personas alrededor de una mesa, y ante una audiencia atenta, para hablar del cierre de la revista que dirigí por cuatro años. Pero, además, pudimos explorar otros temas interesantes sobre la industria editorial y la de moda.

Los invitados: Pamela Ocampo, coordinadora de moda de la revista Elle; Ofelia Murrieta, diseñadora de su propia línea de joyería; Estela Sáenz, dueña de la agencia de modelos Shock; Rafael Ortega, comprador del Departamento de Diseñadores en Saks, y Gracia Zimet, directora de Marca de Estée Lauder. Los anfitriones: Fernando Bermúdez, director de la carrera de Diseño Textil en la Universidad Iberoamericana y yo, ahora editora de Marie Claire.

Sobre INFASHION hubo comentarios muy halagadores y enriquecedores. Gracia Zimet dijo que le gustaba mucho la publicación y que lo que realmente le interesó como anunciante fue que era una revista de culto, muy especializada en moda, además de ser un título nacional de calidad probada. Rafael Ortega también identificó su original propuesta, sintió que las coordinaciones de moda tenían la facultad de mostrar ropa de marcas internacionales con diseños nacionales, pero subrayó que, como anunciante, INFASHION resultaba cara. Ofelia Murrieta (quien fue la de la idea de hacer esa mesa redonda) contó cómo se sintió parte del proyecto al ser incluida, en diversas ocasiones, en nuestras páginas.

Inevitablemente, llegamos al tema clave de la reunión: ¿qué pasa con la moda mexicana que no acaba de cuajar? La respuesta, como sucede en temas tan complejos, tiene varias vertientes. Probablemente, la más importante y fácil de reconocer es que los diseñadores mexicanos no siempre tienen la calidad indispensable para poder ser competitivos. Pamela Ocampo contó la historia de una sesión de moda que hizo Sara Galindo, de Elle, con el famoso fotógrafo Gilles Bensimon. La editora ejecutiva de Moda insistió en llevar ropa de diseño nacional y después se moría de pena porque, al ponérsela a la modelo, salían volando botones, se rompían los zippers y se desgarraban los vestidos. Todos coincidimos en que hay un exceso de plataformas de moda y Ortega agregó que falta mucha seriedad y organización en éstas. Mi propuesta: los compradores y periodistas deberíamos poner una semana específica para asistir a los desfiles nacionales, una sola semana y no más.


Después llegamos al punto clave: ¿cómo hacer que los diseñadores vendan? Murrieta dijo que lo más importante es enfocarte en un target específico y elaborar un buen plan de negocios, a lo cual Fernando Bermúdez agregó que el currículum en la carrera de Diseño Textil ahora ofrece más bases para formar diseñadores con enfoque empresarial. Adicionalmente, se comentó que los diseñadores no parecen estar capacitados para laborar en una fábrica en donde la producción se haga en serie, lo que los descarta para una posición en una marca de gran volumen. Pero tampoco deben aspirar todos a mostrar sus diseños en una pasarela. Es mejor que practiquen con algún diseñador consumado y después se aventuren a sacar su propia colección. La sugerencia de Estela Sáenz fue muy interesante. Ella propone que diferentes personas con talentos diversos se unan para poner una tienda con un concepto similar a Urban Outfitters.


Al final, los estudiantes se animaron a hacer preguntas. El interés especial era cómo iniciar una carrera editorial, conseguir hacer un desfile o lograr que les publiquen sus diseños en las revistas. El tiempo voló y tuvimos que acelerar el final. Quedaron muchas preguntas e inquietudes en el tintero y probablemente muchas dudas por resolver. Les sugiero que me hagan llegar sus cuestionamientos y yo y/o una persona especializada en el área trataremos de resolverlos en este blog.


Entre la audiencia se encontraban los directores de importantes revistas, como Toni Salamanca, de Harper´s Bazaar; Ricardo García García, de Gente; Fernanda González, de Casa viva/National Geographic Traveller (dirige ambas publicaciones); Katya Segura, de OK, y Katy García Lau, de Seventeen. Además de Ariadne Grant, editora de moda; Tamara Lau y Jorge Estrada, coordinadores de moda; Yenny Padilla y Saadi Samano, diseñadores de Marie Claire. También estaban Blanca Gómez, directora ejecutiva de revistas en Expansión; Michelle Griffin, editora adjunta y Paulina Soto, editora de Belleza de Elle; Ana María Echeverría, publisher de Vanidades y revistas femeninas de Televisa; Bogart Tirado, director creativo de Editorial Televisa; Romina Farías, editora de Moda de Bazaar; Jorge Ríos, publirrelacionista de Givenchy y Pucci; José Bravo, comprador de Perfumería de Saks; Mauricio Serrano, diseñador de joyería; Alexia Ulibarri, diseñadora de ropa, y Siria Burgos, publirrelacionista de Brioni.

Lo importante es que esa tarde en la Ibero se sintió como el inicio de algo importante. Quizá fue poner un pequeño, pero significativo cimiento para crear iniciativas entre los diferentes roles en la moda. La cooperación con la universidad, la participación de las personas que tanto admiro, la presencia de mis colegas de Televisa y también de la competencia, así como las inquietudes y los sueños de nuestros futuros diseñadores me dibujaron una inmensa sonrisa. Fue una tarde deliciosa. Sin duda, me encantaría repetir la experiencia.

8/18/2010

¿Cómo vestirte cuando alguien te invita a su casa?

La respuesta inmediata e irrefutable es: como tú mismo. Ah, pero la cuestión es mucho más complicada que eso. Porque ciertamente es ideal que te presentes con un atuendo que vaya con tu personalidad y que te haga sentir cómodo. Pero, ¿qué hay de tu anfitrión?

Recuerdo una tarde en que mi hermano y yo discutíamos si lo correcto era vestir demasiado elegante o excesivamente casual al ser invitado a una comida con amigos. El contaba que prefería llevar saco y corbata, de manera que si todos estaban más casuales se desharía de la corbata y probablemente se viera muy sport-chic. Yo tomé la posición contraria, argumentando que cuando una persona llega demasiado arreglado a una reunión, tiende a verse como un ingenuo, que no sabe las reglas del vestir. Sin embargo, el verdadero motivo de ponerse una corbata en sábado, siguiendo el ejemplo de mi hermano, no era ser el dandy de la fiesta, ni sorprender a sus amigos con su traje de lino, sino halagar al anfitrión. Porque, efectivamente, tomarte el tiempo y el esfuerzo para vestirte bien, habla de que aprecias la invitación y la agradeces. En cambio, llegar en camiseta deslavada, jeans viejos y tenis sucios, está mandando un mensaje de que te parece tan poca cosa haber sido convocado a la reunión, que ni siquiera valía la pena usar ropa más cuidada.

Para evitar caer en cualquier extremo, te recomiendo que le preguntes al anfitrión cómo piensa vestirse. Trata, además, de seguir cierta lógica: si es de día el evento, no vayas de traje negro y corbata si eres hombre, ni de vestido largo con pedrería si eras mujer. Presentarte limpio y con un atuendo bien planchado, correctamente combinado y accesorizado con gracia, siempre hará la diferencia. El que te invitó lo notará y se sentirá que has hecho lo propio para corresponder con un sutil gesto su generosa invitación


8/15/2010

Este mes enLaBeauty

Balenciaga por siempre



No hay nada más difícil que encontrar una fragancia que se amolde a tu personalidad como un guante suave y cómodo. Para el PH de mi piel, prácticamente todos los perfumes resultan intolerables, pues termino endulzando cualquier aroma. No importa el precio o lo fino de la marca, al aplicarlo el olor se torna empalagoso. Tampoco puedo decir que me siento bien usando las fragancias más amaderadas como las que llevan los caballeros. Así que, para mí no parecía haber mucho futuro después de que mi perfume consentido, Envy de Gucci, quedó descontinuado. Pero la suerte me sorprendió con una fragancia de alta costura.

 
El español Cristóbal Balenciaga ha sido considerado por sus colegas de la época, tanto como por los expertos de la moda, como el mejor. La mismísima Coco Chanel, que no era precisamente generosa con sus halagos, tuvo a bien referirse a él como el verdadero diseñador. Christian Dior también lo consideraba como el director de una orquesta que marcaba la pauta para los otros diseñadores.

 
Desde hace ya 12 años que Nicolas Ghesquière es el director creativo de la marca y no ha hecho más que arrancar piropos con su impecable trabajo que respeta totalmente el concepto y perfección de Balenciaga. Pero a estas alturas ya la firma estaba lista para iniciar su camino a la perfumería. Así es como se une Ghesquière a un reconocido experto en aromas, Olivier Polge, y desarrollan una fragancia con una esencia de madera salpicadas con hojas de violeta. Es un aroma sobrio, femenino y suave como la seda. Algo que sólo podría llevar alguien que quiere un perfume refinado para complementar su elegancia. Una fragancia que hace honor a su nombre: Balenciaga París.

De ahora en adelante, tengo un perfume de alta costura en mi tocador.




8/09/2010

Muy al estilo Kelly



Una de las mujeres famosas reconocidas por su gran estilo fue Grace Kelly. La rubia de ojos claros, nacida en Filadelfia, conquistó Hollywood y después se coronó como princesa con toda elegancia. Una colección de su ropa, incluyendo algunos de sus accesorios, como la famosa bolsa Kelly, forman parte de una muestra que se lleva a cabo en el Museo Victoria & Albert de Londres, hasta el 26 de septiembre.

La exposición ha probado ser un éxito, a pesar de que no es tan amplia como se hubiera esperado y no exhibir vestidos tan importantes como su traje de novia. Sin embargo, la muestra logra demostrar que el estilo Kelly marcó a las mujeres de su época y pudo promover a gran cantidad de diseñadores que la vistieron.

La primera sorpresa, para mí, fue encontrarme con que la actriz estadounidense modelaba para una marca que hacía patrones de vestidos que las mujeres replicaban en sus casas. Después intentó ser actriz de teatro, pero muy pronto fue descubierta por algunos directores de cine, quienes, como Hitchcock, la llevaron a la fama rápidamente. La cita con su destino fue enmarcada por un truco de mercadotecnia: Kelly visitó Mónaco para encontrarse con el príncipe Rainiero, como parte de una entrevista para el Paris Match. Ahí sucedió el milagro y Kelly convirtió el sueño de muchas mujeres en realidad, al casarse con el príncipe.

Hasta el momento en que Kelly fue madre por primera vez, en 1957, puede distinguirse su estilo clásico tan admirado por todos. Oleg Cassini, quien fue su prometido brevemente y uno de los diseñadores que más influencia tuvo en su estilo, fue sustituido por Dior, Balenciaga, Givenchy, Chanel e Yves Saint Laurent, al tiempo que la princesa adoptaba a Mónaco como su nuevo hogar. Pero su figura, lo mismo que su elegancia, dejó de ser idónea. Al madurar, su ropa comenzó a ser un tanto cursi, sus turbantes la avejentaban y la corona parecía pesarle de más. Ya antes del accidente que ocasionara su muerte, se comentaba que había problemas de alcoholismo, tormenta en el matrimonio y es por todos conocido el estrés que sus hijos le provocaron. Al morir, Grace Kelly se llevó el sueño de la princesa y su vida encantadora. Pero, por fortuna, nos dejó algunos de los tesoros de su clóset para deleitarnos.

8/04/2010

Cuando Vogue se hacía en México

Mi carrera comenzó en Vogue. Fue totalmente uno de esos empujones que te da el destino para que llegues más rápido a tu verdadera vocación. Entonces yo creía que mi camino era el diseño de moda. Mi sueño era crear una colección de moda bridge (como del tipo de la de Carlo Demichelis) y hasta la fecha tengo la duda de si realmente tenía algún talento para ello.


El caso es que un día me encontré a una ex compañera de la carrera de Comunicación y ella me pidió que escribiera para un suplemento que se iba a lanzar en un periódico conocido. Acepté gustosa y después de mandarle algunas colaboraciones, ella me explicó que se había caído el proyecto, pero que había mandado mis textos al editor de Vogue y... así entré a la revista.

Vogue México –así la llamaban– era una licencia que formaba parte del emporio del periódico Novedades. Sus oficinas, en el edificio de dicho diario, se encontraban en la calle de Balderas, en pleno Centro. Había poco, si no es que nada, glamour en el piso que ocupaba la revista. El equipo lo componía un puñado de personas y, como entonces no se usaban mucho las computadoras, todos tenían máquinas de escribir, fotos en transparencias y letraset (tipografía autoadherible) para reportear, escribir o armar las páginas.

El editor de la revista, Noé Agudo, un periodista más intelectual y político que interesado en el mundo de la moda, planeaba mes con mes un contenido profundo que contrastaba con las páginas destinadas a la belleza, moda o sociedad.

El Departamento de Moda, dirigido por Héctor de Anda, comenzaba la difícil labor de apoyar el diseño nacional. En ese entonces había muy pocas marcas internacionales, por lo que las páginas de esa sección estaban llenas de ropa de tiendas departamentales y uno que otro talento mexicano cuyas creaciones destacaban en las fotos.

Vogue México era la biblia de la moda y la sociedad (hacía las veces de revistas como Caras o Gente). Todos queríamos ser parte de ese mundo y yo tuve la fortuna de estar en sus entrañas, lo cual agradeceré por siempre.