3/27/2011

Hacer la tarea

Mientras más experimentado o consumado es un escritor o un fotógrafo, menos parece interesarle hacer su labor de investigar para quién está trabajando. Lo digo porque como editor, uno esperaría que los colabores se molestaran en comprar la revista en la que van a participar y trataran de identificar su ADN. Esa sería una buena manera de asegurarse de que su entrega será aceptada sin reservas y de que lucirá muy a tono con las otras páginas de la publicación.

En la realidad, sin embargo, eso no sucede. Los fotógrafos que se consideran “buenos”, no tienen la humildad de transformar su estilo para recuperar el concepto de la revista para la que trabajan. Lo mismo sucede con los escritores. Ellos suelen pensar que escribir para Bazaar, Buen Hogar o Marie Claire es idéntico. ¡Qué equivocados están!

Yo hago un llamado para que estos personajes hagan su investigación como corresponda, de manera que logren integrar la esencia de su estilo amalgamada con la de la revista. De otra manera, tendré que pensar que no se trata de profesionales y, por lo tanto, saldrán muy pronto del directorio de mi revista.

LaBeauty: manicure impecable

Color perdurable

Hace poco, mi propia manicurista tenía las uñas pintadas con gel. Se veían tan perfectas, que quedé intrigada. A la semana, la compañía de productos Jessica, me ofreció darme un manicure de este tipo asegurando que el color permanecería perfecto por un mes completo.

El manicure lleva varios pasos, el primero de los cuales decidí brincarme: limar la superficie de las uñas. Como yo las tengo frágiles, no las quería desgastar más. Así que la manicurista se sentía un poco insegura de los resultados deseados, ya que al limarlas el producto se adhiere mejor.  Después vienen varios barnices que requieren secarse con una máquina que genera calor y cuando finalmente queda el color, las uñas lucen ligeramente más gruesas y el tono es totalmente sólido.

Ciertamente no hubo pintura despostillada, pero lo que a las dos semanas me empezó a preocupar, es que el crecimiento de la uña se nota y la ropa, especialmente las medias, se comienzan a atorar con el borde que ahora se distingue entre la pintura y la cutícula.

Finalmente decidí quitarme el color. Para ello me dieron un líquido y me recomendaron ponerlo con algodones  rodeados de papel de estaño en cada uña. Sonaba más sencillo de lo que realmente fue, pues a pesar de que en algunas uñas la pintura se levantó completa, en otras no había manera de quitarla. Dos de las diez uñas sufrieron maltrato al intentar quitar el barniz, incluso después de media hora de aplicar el líquido especial para removerlo.

Otra compañera probó suerte con el mismo proceso. A ella, sin embargo, le fue bastante mal, ya que sus uñas se le rompían desde la primera semana, como si se hubieran debilitado al haberlas limado y después del manicure a base de varias capas de productos con el uso de calor.

Ahora estoy probando otro producto también de Jessica, Restoration, se trata de un barniz para restaurar las uñas. Se recomienda para las mujeres que se ponen uñas de acrílico o las que las tienen frágiles. Ya les contaré si funciona…

Para conocer más sobre estos productos y el manicure, visita www.jessicacosmetics.com

3/21/2011

¡Primavera!


Si bien es cierto que en el Distrito Federal la primavera es lo más parecido a lo que debe ser un verano, la tan esperada temporada no deja de sorprender con unos cuantos días frescos, si no es que fríos. ¿Qué puede uno hacer? ¿Usar abrigo y botas después del 21 de marzo?¿Mandar las chaquetas de terciopelo y los suéteres a la bodega hasta octubre?

No queda más que ser ingenioso para no lucir totalmente fuera de lugar. Es importante concentrarnos no solo en la tonalidad sino también en la textura de la ropa. Sin duda hay prendas que por ser claras pasan como frescas, lo mismo sucede con ciertas telas. Otra opción muy socorrida en los lugares en los que el aire acondicionado ataca con su baja temperatura al que trata de refugiarse del calor, es el sistema de capas: llevar varias prendas ligeras una encima de la otra.

Sin embargo, el día que el sol calienta y el calor impera, hay que resistir la tentación de llevar ropa de playa a la oficina. Una blusa sin mangas, una falda ligera y unas sandalias ya son suficiente indicación de que gozas la primavera, no hay necesidad de llevar vestidos strapless ni chanclas de pata de gallo. También los hombres deberás conservar su look ejecutivo, pero aligerar el peso y color de su vestimenta. Nada de shorts, crocks o sandalias. Bienvenidos los trajes o separados de lino y algodón, los tonos arena y los zapatos marrón.

No hay que olvidar que los corazones están más susceptibles a ser flechados por Cupido en esta época. Los pájaros, las abejas, los conejos y los perros no pueden, todos, estar equivocados. Pero ligar no es y nuca será sinónimo de mostrar. Por el contrario, incluso en la primavera hay que permitir que el misterio sea tu aliado.

Elegancia mexicana





















Me declaro fan. Pero ellos se lo han ganado. Jesús Ibarra y Bertholdo son de los diseñadores mexicanos que más entusiasmo me despiertan. Primero que nada, tienen siempre una propuesta definida y muy buena confección. Eso se aprecia en un país en el que nuestros diseñadores se pierden en la inmensidad de sus ambiciones y en la competencia de sus robustos egos.

La dupla de diseñadores eligieron al escultor minimalista Richard Serra para la colección otoño invierno que presentaron en Mercedes Benz DFashion México. En una pasarela situada en Campo Marte, fuimos testigos de una secuencia de trajes en colores sutiles y siluetas aventuradas.

Debo de decir que su colección anterior me había parecido demasiado apegada a su inspiración y, por lo tanto, un poco artificial. En cambio, en esta ocasión, Serra pudo envolver y darle hilo conductor al concepto, sin que el trabajo del escultor fuera protagónico. Aquí cada vestido llenaba el escenario. Puedo imaginar a muchas mujeres luciendo estos modelos en diferentes ocasiones. Veo esos trajes en las páginas de varias revistas y en los sueños de novias, futuras suegras o incluso damas de honor.

No creo que los cuellos de chimenea o la piel de borrego hayan funcionado. Yo hubiera omitido ambas cosas, junto con la utilización del cuero. No eran necesarias y, en algunas siluetas, ensuciaban la genialidad de las líneas y el movimiento que lograron con la caída de la tela.

Tengo la seguridad de que esta colección será un éxito cuando se someta a los cambios necesarios para ser exhibida en los racks de la boutique de JI+B o en El Palacio de Hierro. La tijera de esta mancuerna de diseñadores asegurará que nosotras podamos vestir alta moda en México. Felicidades, chicos, sigan así!





3/14/2011

Calzones nuevos para los novios



La escena es como sigue: estoy sentada junto a mi futuro marido en una de esas absurdas pláticas prenupciales que la iglesia exige para la boda católica. Entonces, el padre que impartía la charla tiene la ocurrencia de decir que esperaba que nosotras, las mujeres, hubiéramos comprado nuestra ropa interior muy linda para seducir a nuestros maridos. A mí el comentario me cayó como agua helada. Así que levanté la mano y sin dar tiempo de que el padre me viera, dije: “Y los hombres, ¿piensan llegar a la luna de miel con su ropa interior vieja?”

El silencio se impuso. Pero yo no perdí la oportunidad de terminar la idea. “Está claro que se espera que la mujer sea la que se vista para agradar a su pareja. Sin embargo, si todo se hiciera como dicta la tradición, nosotras seguiríamos aguardando a que los caballeros tomen siempre la iniciativa para tener sexo. Para mí, ninguna de las dos afirmaciones anteriores aplican en la actualidad.”

No sé quién estaba más sonrojado, si el hombre que se casó conmigo una semana más tarde o el sacerdote regordete a quien le descompuse su charla. “¿Ustedes se imaginan lo desagradable que es verlos con los calzones percudidos?”, volví a la carga con ganas de despertar a los bellos durmientes. “Nosotras también somos visuales y apreciamos una ropa interior limpia, nueva y, de preferencia, elegida para agradarnos.”

El sacerdote retomó la sesión como pudo y nada volvió a ser tan casto ni cursilón esa tarde. Sin embargo, el exabrupto valió la pena. Ignoro lo que sucedió con los otros novios, pero el mío llegó a la luna de miel con una maleta llena de trusas blancas muy Calvin Klein. Justo lo que deseaba.

3/06/2011

Mucho macho



Ahora resulta que una mujer no se puede poner la ropa que a su pareja no le agrada. Ese fue mi problema con mi novio de prepa y obviamente la relación no prosperó. Pero nunca dejará de sorprenderme el alcance del machismo que afecta incluso a las féminas más exitosas y pensantes.


El otro día me tocó salir de compras con… digamos, una chica que trabaja en una posición importante en la industria de la moda. Ella es liberada, tiene carácter suficiente como para hacerse cargo de un equipo y, por si fuera poco, vive con un europeo. Pero la pobre sufría, porque todo lo que le gustaba estaba en la lista negra del novio. Yo le decía: “Fulanita, la que va a ponerse esa ropa eres tú, no él”, pero no había argumento suficiente para quitarle su cara de angustia y animarle a rebelarse contra un tirano que, aparentemente, le censura parte de su guardarropa.


No sé si ellos o yo, pero alguien no entiende nada. La ropa es para uno (o una, dependiendo de tu género). No para el otro. Todos hemos escuchado, alguna vez, que las mujeres nos vestimos para otras mujeres . Yo estoy de acuerdo con la afirmación. Sin embargo, no es para agradarles, sino para competirles y, en algunos casos, para despertarles envidia. Acepto, también, que el acto de desvestirnos es mucho más enfocado al hombre, que el de vestirnos. Estoy segura de que mis amigos gays coincidirían en ambos puntos.


No niego que, de vez en cuando, alguien me ha dedicado su atuendo. Es más, recientemente un hombre dice haber pensado en cada detalle de su vestimenta para complacerme. Lo logró, ciertamente. Por mi parte, en ocasiones me he puesto la falda que arrancó algún piropo, con el afán de halagar, pero nunca por sumisión ante los deseos del otro.


Los machos son a la moda lo mismo que a la libertad. Mi recomendación es: simplemente, habría que evitarlos.

3/05/2011

¡Calla, calla, Galliano!

Ya no se puede ser un patán en privado. Ahora la tecnología se encarga de transmitir al mundo cuando uno se pasa de bocón o cuando uno despliega un discurso plagado de sandeces con el propósito de herir al que te provoca. Porque si bien es cierto que John Galliano dijo las cosas más políticamente incorrectas que se puede pensar, también lo es que él estaba emborrachándose solo en su mesa y su actitud era más de “déjenme en paz con mi alcohol”, que otra cosa. La mujer que le hablaba, evidentemente lo exasperaba, le picaba la cresta y, por desgracia, lo estaba también grabando.

Ya Mel Gibson nos había dado una lección de lo que puede suceder cuando te metes con el tema de los judíos. Otros pecadillos como drogarte frente a tu bebé (Kate Moss), darle golpes a tu secretaria con el teléfono (Naomi Campbell) o acusar falsamente a un miembro de la familia real monagesca de violación (Karen Mulder), no parecieron tener el impacto, dentro de la industria de la moda, como las palabras de un Galliano irritado e intoxicado.

En estos días hemos sido testigos del desplome de uno de los grandes genios de la moda y su caída nada tiene que ver con su oficio, eficiencia o talento. No, nada más lejano.

París vio el último desfile con sus creaciones para Dior, pero a Galliano no le fue permitido presenciar la emoción y los aplausos que arrancó su trabajo. Fueron, en cambio, los artesanos de su taller, los que salieron a agradecer a un público consternado por la desaparición de uno de los genios en la escena de la moda.

Dior aclaró que, como marca, no sólo no comparte las supuestas inclinaciones antisemitas del diseñador, sino que quiere hacer patente que el holocausto es una etapa de la historia vergonzosa. Por lo tanto, se deslinda profesionalmente de quien diera a esa casa francesa la cirugía necesaria para volver a la lista de popularidad en el mercado de lujo.

Sin Galliano, Lacroix y McQueen, comienza a verse desierta la escena en la alta costura. Ahí están Karl Lagerfeld, quien también revivió en su momento a Chanel y Jean Paul Gaultier, el enfant terrible de París, apuntalando la escena. Suenan otros nombres conocidos para hacerse cargo del puesto vacante en Dior, pero éste no puede ser ocupado hasta cumplirse ciertos requerimientos legales.

Se dice que Galliano está ya en una clínica de desentoxicación. Se sospecha que finalmente reconoce que ha sido víctima de su mal alcohol. Se rumora que el diseñador niega odiar a los judíos o admirar a Hitler. Se especula que piensa demandar a Dior.

El problema es que un video puede impactar años de una carrera estelar. No se trata de un skinhead que se recrea en la violencia o un político que puede alterar el futuro de un país. Sino de un genial loco con la lengua muy larga y un futuro impreciso.