10/30/2010

LaBeauty: Perfectionist (CP+) Targeted Deep Wrinkle Filler, de Estée Lauder


Las promesas de los productos de belleza son difíciles de constatar. Uno tendría que tomarse fotos para ver el antes y el después, ser riguroso en la aplicación del tratamiento y no mezclarlo con ninguna otra marca, lo cual no sucede nunca cuando eres un simple mortal. Sin embargo, hay productos que son más afines a tu piel, estilo de vida y que te hacen sentir cierta satisfacción a unos días o semanas de uso constante. Eso fue lo que me pasó a mi con Perfectionist (CP+) Targeted Deep Wrinkle Filler, un tratamiento concentrado rellenador de líneas de expresión de Estée Lauder.

Recibí el producto como obsequio al haber sido juez en El Festival de Fragancias de El Palacio de Hierro. Me llamó la atención de inmediato su presentación porque tiene forma de tubo de pasta dental, pero termina en una punta como de lápiz y decía que, además de ser tratamiento antiarrugas, rellenaba las líneas de expresión.

Así que lo abrí y lo apliqué en todas las zonas que tienen problema. El hoyito por donde sale la crema no me pareció que permitiera controlar la cantidad de producto (sale demasiado de un apretón), por lo que lo puse en mi dedo y fui rellenando una a una las líneas de expresión. La textura es agradable, se nota que efectivamente la fórmula se aloja en los pequeños surcos sin que se note y no tiene aroma (lo cual es sensacional si tienes problemas de alergia, como yo). Después apliqué el protector solar y la base de maquillaje. El efecto fue agradable a la vista, pero la idea de que además está teniendo beneficios la tez, hace que todo sea doblemente bueno.

Funciona especialmente bien alrededor de los labios, cuando el labial es muy lustroso y tiende a correrse. En ese caso, aplico un poco de Perfectionist (CP+) Targeted Deep Wrinkle Filler sobre el maquillaje, antes de aplicar el color y voilá!

Ficha técnica:
Perfectionist (CP+) Targeted Deep Wrinkle Filler

Tratamiento concentrado todo en uno que, gracias a su Voluminizador de esferas, que reduce la apariencia de las líneas profundas y a su complejo de Péptidos reestructurados con Lift antiarrugas, que funciona como una terapia intensiva para que la piel aumente su producción natural de densidad de colágeno.

10/26/2010

Homenaje a lo geométrico


El que sea de las más nuevas en el medio, sólo la hace más interesante. Alexia Ulibarri ha tenido buenos desfiles. Sin embargo, nunca deja de representar a una de las promesas del diseño mexicano.

En su nueva colección de primavera-verano The Dream of a Square, presentada en Mercedes Benz DFashion México, ella trata de concentrarse en las líneas, cuadros y círculos, pero no resiste la seducción del encaje que es, quizá, uno de sus distintivos a lo largo de su carrera.

Definitivamente algunas piezas resultan demasiado teatrales, pero justo por ello son magníficas para fotografías de moda. Otras, retoman el estilo barroco que Ulibarri disfruta tanto. Quizá hay algunos vestidos que podrían dividirse en dos hermosas prendas pero que, al estar pegadas la falda elaborada y la blusa rebuscada, terminan perdiendo el punto focal y con ello el impacto. Pero lo interesante, es que Ulibarri está logrando concentrarse en lo que mejor confecciona y ha dejado de lado el sueño de hacer un poco de todo. Para mí que sólo hay un camino y es hacia arriba.

10/25/2010

El ingenio de Pepa Pombo


Las colecciones de las diseñadoras colombianas, Pepa Pombo, y su hija, Mónica Holguín, siempre consiguen tener continuidad. Es decir, su propuesta cambia de acuerdo a las tendencias y las temporadas, pero nunca se pierde la identidad de lo que es esta marca. Yo, francamente, les doy mucho mérito porque trabajar con tejido de punto podría ser hasta cierto punto limitante. Pero ellas se las arreglan para crear siluetas actuales y dejar que sus fantásticas puntadas o sus intrincados caminos de cintas de colores siempre nos sorprendan.

Algunas siluetas con un volumen acentuado a la altura de las chaparreras me hacen dudar. Quizá las colombianas se animen a aumentar la proporción de sus muslos, pero las mexicanas… lo dudo. No obstante, hay muchas otras cosas que tiene asegurado el éxito en nuestro país.

Me encanta que arriesguen con sus propuestas, lo admiro y lo aplaudo.

10/24/2010

LaBeauty: ¿Qué tanto es tantito?



Alguna vez leí que si uno se pone más de tres productos en el cabello, es demasiado. Entonces hice cuentas de lo que yo me aplico: shampoo, enjuague o mascarilla para pelo, líquido revitalizante, crema anti-frizz y la crema que protege las puntas. ¿Estaría yo dando una sobredosis a mi melena?

Entonces me di a la tarea de preguntarle al respecto a cuanto peinador se cruzaba en el camino y obtuve los siguientes datos:

 Los peluqueros o tinturistas que trabajan en salón de belleza, utilizan alrededor de cuatro productos promedio para un secado básico. Si había que rizarlo, alaciarlo o peinarlo, se aumentaban uno o dos productos. Los estilistas que trabajan haciendo fotos para revistas usan más, porque tienen que modificar los peinados constantemente y eso requiere que vayan aplicando productos variados para lograr los distintos efectos.

El acuerdo entre los expertos, es que uno puede ponerse los productos nutritivos que se deseen. No obstante, cuando se trata de espuma, gel o fijadores, hay que tener el cuidado de no aplicarlos con demasiada frecuencia. Estos productos contienen, en su mayoría, un alto grado de alcohol, lo que terminará resecando el pelo al desgastar su cutícula y lo harán verse opaco, sin vida, y quebrarse fácilmente.

Es recomendable también cambiar de marcas de shampoo, aplicarse ampolletas o mascarillas cada semana o cada 15 días, para asegurarse de que la cabellera está recibiendo el cuidado y los nutrientes necesarios para su salud.

Los  errores más comunes tienen que ver con lavarse el cabello con agua excesivamente caliente, dejarlo demasiado tiempo envuelto en una toalla, someterlo a una secador o plancha diariamente así como atarlo húmedo.

Por otro lado, los expertos recomiendan desenredar el pelo con un peine de dientes gruesos al aplicar el enjuague o mascarilla, eliminar la espuma del shampoo o enjuague con agua tibia o fría y pasar la secadora por toda a cabeza, por un rato, antes de comenzar a secar con cepillo, tenaza o plancha.

Mis productos favoritos:
Glorifying Shampoo Shimmering, Glorifying Pak Shimmering, Well Being De Stress Creme Yogurt Conditioner y Mellow Thermal Protecting Shield, todos de Davines.
BC Bonacure hairtheraphy Time Restore Shampoo y BC Bonacure hairtheraphy Repair Rescue Treatment, ambos de Schwarzkopf.
Abondance de cacao Serie Nature Shampoo y acondicionador, ambos de L’Oreál Proefessionnel Paris.
Nectar Thermique, de Kérastase Nutritive.
Sérum Serum 5 essential oils réparateur, de L’ Occitane.
Frizz-Ease Secret Weapon styling creme, de John Frieda.



10/23/2010

Cuando la imagen dice otra cosa



Una plataforma de moda, especialmente si pretende ser la más representativa en nuestro país, debería comunicar estilo, modernidad y moda. ¿Suena obvio? Pues no si lo que recibes es esta invitación. Ya me parece bastante dudosa la decisión de elegir una ex Miss México, Perla Beltrán, para ser la imagen de un evento que debería de tener como vocera a una verdadera modelo, como para además vestirla con… ¿un babydoll? Ignoro a quién se le debe semejante diseño y tampoco conozco el nombre de la persona encargada de la coordinación de moda (cuyas indicaciones sobre maquillaje, peinado y accesorización tampoco ayudaron). Pero me parece evidente que el resultado es un desastre a todas luces.

Espero que esta plataforma ofrezca mejor contenido que lo que indica su invitación. Deseo, cuando menos, que podamos ver moda. Porque a juzgar por esta imagen, lo que tendremos es todo menos eso. 

10/16/2010

Consumir o morir



No hay demanda, no hay oferta, ¿a quién sorprende que no haya una industria de la moda en México? Sin el círculo virtuoso entre el industrial que ofrece mercancía atractiva, accesible y a un precio competitivo y, por su lado, un consumidor motivado, sediento de tener esa mercancía y haciendo un esfuerzo –grande o pequeño- para adquirirla, no hay negocio. Sin negocio, no hay desarrollo, ni exportaciones o diseñadores exitosos.

Sin duda, el gobierno de México está preocupado por otras cosas más allá de nuestro tema, olvidando que la moda es, en otros países, una importante fuente de trabajo, de ingresos y de turismo. Pero no todo es responsabilidad del gobierno. Los diseñadores necesitan crear mercancía con calidad de exportación, con diseños y precios atractivos e intentar conseguir puntos de venta viables para su target.

Nosotros, los interesados en que la industria prospere, también tenemos que apoyar a nuestros diseñadores consumiendo su ropa o accesorios, dándole preferencia ante las importaciones y sintiendo orgullo al adquirir algo de diseño mexicano.

La próxima vez que quieras comprar ropa o accesorios, pregúntate si es la oportunidad de ser parte del círculo virtuoso. ¡Haz algo por nuestra moda!

El punto focal


Nada más importante que entender esto: el punto focal es determinante en el éxito de un diseño. Pero, ¿qué es ese secreto que todo diseñador debe conocer? Es algo sencillo de entender y muy difícil de lograr sin experimentar una agonía creativa.

Estamos hablando del punto en donde se detiene la mirada después de hacer un recorrido por un atuendo completo: el broche llamativo de la solapa, la corbata en un traje serio o el collar de diamantes que acompaña un vestido negro.

Si un diseñador pone una falda de capas de seda estampada, debe cuidar que la parte de arriba del vestido sea simple y permita que el ojo se concentre en ese dibujo lustroso de la parte de abajo. Si una novia quiere un corsé de pedrería, la falda que elija debería ser muy sencilla, lo mismo que su joyería. Cuando, por lo contrario, un diseño tiene demasiados elementos llamativos, termina por ser confuso, exagerado y casi siempre se califica como de mal gusto.

Entonces, el problema es la selección del elemento clave y dejar el resto sin complicaciones. He aquí el camino tortuoso de eliminar lo desechable y dejar únicamente lo que culminará el viaje visual para quedar con un buen sabor de boca.

La creación se complica cuando la tela ya en sí es llamativa. ¿Debe el diseñador dejar que sea ella la que luzca y presentar un modelo simple en su silueta?  La silueta puede tener elementos atractivos, pero que nunca roben la atención o compitan por ella.

En un anuncio de publicidad, los expertos en la materia, estudian la manera en la que el ojo humano abordará la imagen: dónde comenzará el viaje y en qué punto se detendrá. Lo mismo hace un artista plástico con su obra de arte. El diseñador no es diferente: puede usar una serie de elementos que sean la guía para el ojo, pero la meta es el punto focal. Es el equivalente a la cereza del pastel o el beso de buenas noches.


10/10/2010

La bolsa de valores



Sabía que una bolsa de cocodrilo sería cara. No había duda de que, cuando menos, dos de esos valiosos animales tendrían que formar parte del diseño. Pero ni en sueños imaginé lo complicado que sería llevar la piel de este reptil de la granja a la bolsa, hasta que visité el taller de Ángela Gutiérrez en Bogotá, Colombia.

Ángela Gutiérrez no tenía aspiraciones de diseñadora, pero su esposo heredó un zoocriadero  de caimán cocodrilo Fuscus y entonces decidió aplicarse, para sacar el mejor provecho de esas suntuosas pieles. Actualmente, ella tiene su propia colección de bolsas que vende en Colombia y en el extranjero, aunque también funciona como asesora para crear las colecciones de diseñadores que gozan de la apreciación de almacenes como Saks, Nancy González, o cuyos diseños aparecieron en Sex and the City, como Adriana Castro.

En el lugar donde trabaja Gutiérrez, los cocodrilos son criados en condiciones que garantizan la conservación de la especie y que certifican que cada piel que es consumida, tiene un permiso del gobierno colombiano. Incluso cuando el cocodrilo es convertido en un lujoso accesorio, el producto lleva una ficha técnica que remite al permiso que representa que no sólo es legal, sino ecológico. Esta especie pone varios huevos a la vez, pero en condiciones naturales únicamente un par de reptiles llegarían a la madurez. En un zoocriadero, los huevos se colocan en incubadoras y, dependiendo de las necesidades reproductivas, se puede manipular la temperatura de manera que los productos sean todos machos o todas hembras o una cantidad balanceada para mantener la población equilibrada entre los sexos. Además, cuando al cocodrilo se le quita su piel, el resto de su cuerpo se utiliza para alimentar a los demás reptiles del criadero.

Cuando las pieles, de aproximadamente 1.35m. de largo por 32cm. de ancho, llegan bañadas en químicos y espolvoreadas de sal. La piel es procesada para descarnarla y quitarle la grasa. Después se someten a un proceso químico para ablandarla y suavizar los huesos que lleva incrustada la piel. Paso a seguir, se transforma la piel de orgánica a inorgánica a través de químicos. Y después se despigmenta y queda en lo que se conoce como crosta, que es ya una especie de lienzo en el que la piel blanca está preparada para absorber cualquier color en el teñido. Se repigmenta el lote de pieles y se seca. Nuevamente se desbasta para volver a suavizar. El color queda sólido, pero puede abrillantarse al pasarla bajo el peso de un rodillo de ágata o se le da un terminado mate a través de frotarla con un calcetín.

Entonces llegan las pieles a las manos expertas de Gutiérrez. Ella tiene que buscar los cocodrilos que funcionen para cada modelo e intenta que se utilice lo más posible del animal. Sin embargo, los caimanes tienen tantos huesos incrustados en la piel, que algunas veces resulta difícil usar el lomo del reptil, por lo que se prefiere la utilización de la panza, que es tiene menos complicaciones para ser cortada y cosida.

Para la producción de cada bolsa se utiliza un prototipo que especifica el tamaño de la piel (que se mide a partir de la escama ocho del centro de la panza). La piel vuelve a rebajarse para quitar aún más de la carnaza y se desbasta y se corta meticulosamente para evadir los huesos y que luzca lo máximo el dibujo de la piel. “El detalle hace la diferencia”, afirma Gutiérrez, quien tiene que sugerir cada piel para cada estilo de bolsa o accesorio, para que queden de óptima calidad.

En el taller en donde se hacen las bolsas trabajan regularmente seis personas, más Gutiérrez, cuya capacitación es sumamente especializada. Lo hacen, además, produciendo pequeñas cantidades que en el mercado valdrán varios miles de dólares. No obstante, hay épocas en donde la demanda crece y el número de artesanos aumenta.

El día que visité el atelier de Gutiérrez, había una cantidad de bolsas que estaban por viajar al extranjero. Carteras espaciosas, bolsa sobre (clutch) para lucir con un atuendo formal, bolsas estructuradas muy al estilo Kelly o grandes bolsas de amplias asas, fabulosas para llevar a diario. Un verdadero delirio de color y textura. La calidad impecable y los diseños, todos deseables. Imposible comprar uno de esos modelos, estaban contados y en breve serían fletados hacia las boutiques más exclusivas de Estados Unidos. ¡Se me hacía agua la boca!

Después de ver el proceso y a todos los trabajadores involucrados entendí que hay más que una piel exótica de un hermoso animal involucrada en el proceso. Una bolsa de cocodrilo es algo muy especial, definitivamente exclusivo y desde cualquier punto representa un lujo. Un lujo, diría una campaña famosa de un tinte de
L’ Oréal, ¡pero creo que lo valgo!

gatorci@yahoo.com
Bogotá, Colombia: (571) 214-1429 y 1(281) 936-9660.

¿Por qué me critican si soy genial?




A nadie le gusta escuchar que es malo haciendo lo que ama y mucho menos aceptarlo. Yo he hecho cosas que no me salieron bien, varias de hecho, y nadie tuvo las agallas para decírmelo en el momento. Sin embargo, cuando uno es una personalidad pública, como lo son los diseñadores, los modelos o los líderes de opinión, todo el mundo se siente con el derecho de restregarnos en la cara la verdad de cómo nos desarrollamos profesionalmente. Nunca más cierto el dicho que versa: la verdad duele.

No me voy a extender gran cosa contándoles de una época de mi vida en que di noticias en televisión. Tal vez con un poco de práctica y alguna supervisión de alguien que supiera lo que estaba haciendo, pude llegar a ser menos mala. Pero no pude esperarme a que lo improbable sucediera, porque la verdad no tenía talento alguno para ser conductora de noticiero.

Si hablamos de mi trabajo de diseñadora, también puedo decir que he tenido mis grandes errores. Recuerdo haber mandado dos bocetos a competir para un concurso de moda dirigido (ya desde entonces) por Anna Fusoni. Uno de mis dibujos fue aceptado y yo debía presentar el atuendo en una pasarela. El vestido desfiló y salió en Vogue, pero no ganó. Al paso de los años me doy cuenta de que mi diseño era una buena idea en papel, pero parecía un disfraz ya confeccionado. Ahora entiendo que el diseñador debe concebir sus creaciones como prendas y no como ideas.

Mi vestido de novia, también padeció esa obsesión que tienen las diseñadoras primerizas, por ponerle demasiado detalle a la ropa. Ciertamente, la costurera que me confeccionó el traje hizo un trabajo muy deficiente, pero lo peor lo hice yo. El resultado fue una cursilería. Los elementos por separado eran bonitos, pero todo junto era demasiado. No había punto focal.

Ahora a mí me toca la difícil tarea de elegir a los ganadores de concursos de estudiantes o de aspirantes a un premio. Veo desfilar muchas ideas que reconozco habrán sido buena en papel y muy pocos diseños que funcionan puestos sobre una modelo. Pasa lo mismo cuando asisto a una pasarela profesional, no sólo de mexicanos, también he visto las fallas de confección o de trasformación del papel a la tela en personalidades de la moda internacional y de altos vuelos.

Pero, ¿qué hace el estudiante, el candidato a un premio o el diseñador ante una crítica en contra de sus creaciones?  Hay los que la toman en contra del crítico (eso se los puedo jurar), los que tratan de probar que todo lo que se vio mal, fue un efecto óptico (también me ha pasado) o los que se sumen en una profunda depresión y, por último, los guerreros: los que absorben todo lo lastimoso para no repetirlo en la próxima batalla.

10/03/2010

Edición y coordinación de moda



(Participación en la mesa redonda sobre identidad en la comunicación de moda, en Ixel Moda, en Cartagena, Colombia).

Una revista femenina cuenta con un grupo de profesionales especializados en la materia que están a cargo de elegir los temas para los artículos y entrevistas, así como la ropa y los accesorios que integrarán las fotografías de moda.

El editor de moda generalmente está a la cabeza del Departamento y bajo su mando se encuentra una serie de coordinadores, cronistas, investigadores y productores. El número de personas que componen este equipo varía, según las necesidades de la revista, pero en una publicación como Marie Claire trabajan un editor y un coordinador de moda como equipo.

¿Cuál es la diferencia entre estas dos posiciones?

El editor de moda tiene una visión global de lo que será la moda dentro de una edición determinada y deberá organizar a su equipo para que, como una orquesta, todos puedan tocar una misma tonada. Tanto escritores como las personas encargadas de generar las imágenes deben seguir las instrucciones del editor y presentar su trabajo terminado para su aprobación.

El coordinador de moda, conocido como stylist en inglés, va a visitar las tiendas y showrooms para poder disponer de las prendas y accesorios adecuados con el propósito de llevar a cabo las instrucciones de su editor. Si el editorial de moda (secuencias de fotografías con un tema en común) requiere un look masculino para mujer, el coordinador será quien elija la ropa y formará atuendos, que incluyen accesorios, para mostrarlos a su editor. Una vez que los diferentes cambios (a un atuendo completo se le llama cambio) han sido aprobados por el editor, el coordinador se dispondrá a llevar a cabo la sesión de fotografías.

Un editorial, sin embargo, necesita de una producción, que haya una locación o un estudio, que existan los elementos necesarios para tomar las fotografías, como los props, y que asista el equipo humano indispensable para poder desarrollar la idea. Por ejemplo: en una sesión de ropa masculina se puede utilizar un hotel como locación, algunos elementos para ayudar a crear una atmósfera como periódicos, copas de coñac o un perro. Pero nada sería posible sin la presencia de un fotógrafo y su asistente, así como unas personas encargadas del maquillaje y peinado.

El editor recibirá las fotografías y elegirá las que considera que crearán una buena historia, para después darles un orden lógico y novedoso. Entonces el coordinador debe escribir el texto introductorio y los créditos de la ropa, accesorios y talento humano involucrado en la producción.

Reglas de coordinación de moda

Hay algunos protocolos que todo coordinador de moda debe seguir para llevar a cabo un trabajo satisfactorio y de calidad:

1. Elección de la ropa: las prendas y los accesorios deben ser afines al lector de la revista. Si se trata de una publicación para una señora, ama de casa, que no trabaja, se espera que la ropa sea conservadora, cómoda y con una mezcla de prendas económicas con uno o dos detalles más costosos. Si es una revista como InFashion, es deseable que la ropa sea vanguardista y con mucho diseño, aunque sea costosa. Mientras que en Marie Claire la selección de ropa debe responder a un tema específico (ropa masculina, por ejemplo) y mantener un balance perfecto entre lo que es moda (prendas costosas o de diseño) y los básicos más económicos.

2. Variedad en las marcas: en una fotografía, una sola marca no debe repetirse más de dos veces, a menos de que se trate de un look total de diseñador. Los precios también deben estar en un rango razonable para el tipo de target de la revista; de otra manera, la lectora no podrá identificarse con la revista.

3. Ropa disponible a la venta: de poco serviría si todo el editorial tiene prendas que la lectora no podrá encontrar en las tiendas. Es cierto que, en ocasiones, la ropa se manda a hacer para obtener un efecto determinado (un traje de sombrerero “loco”, por ejemplo) o, de vez en cuando, se puede usar alguna prenda o artículo vintage. Sin embargo, sólo se conseguirá dar servicio si la mercancía puede adquirirse en los almacenes o boutiques.

4. El ensamblaje de las prendas y los accesorios debe ser creativo. Incluso cuando se trata de una revista más realista y conservadora, como es Marie Claire, los atuendos deben proponer una idea, verse originales y deseables.

Escribir los créditos es todo un arte

Decir cuál es la marca de una prenda no es suficiente, pero tampoco se trata de que se describa lo que ve la lectora. Es importante seguir un orden en la manera en que se mencionan los créditos y que éstos tengan los detalles importantes para ser un servicio al posible consumidor:

1. A las prendas se les da crédito de adentro para afuera y de arriba para abajo. Pasando de lo más grande en tamaño a lo más pequeño en accesorios.

2. No es necesario mencionar lo obvio, como decir: vestido blanco corto, si todo el mundo lo puede ver. Lo que es informativo es saber de qué material es o si lleva un elemento que fortalecerá el vocabulario de moda de la lectora. Por ejemplo: usar términos como cauda de seda o zapatos despuntados de lona.

3. No debe mencionarse lo que no se ve en la fotografía.

4. Si un diseñador trabaja para determinada marca es correcto describir la prenda de la siguiente manera: Marc Jacobs para Louis Vuitton.

Tradición a la moda




Yo puedo hablar de sentir envidia de la buena. Imagínate, estoy sentada en Cartagena, Colombia, en un congreso académico sobre la moda (ya eso es bastante razón para envidiar a los colombianos) y, de pronto, me percato de que prácticamente todos los asistentes llevan una especie de morrales tejidos en tonalidades variadas, pero muy parecidos entre sí. Esos bolsos los he visto antes en los mercados del centro de esa hermosa ciudad pero, mientras más pasa el tiempo, me doy cuenta de que lejos de ser un accesorio para turistas, son los personajes de la moda de ese país los que las llevan colgadas de día y de noche, orgullosos de lo que llaman sus “mochilas”.

Como es de esperarse, empiezo a tomar fotos para compartirlas contigo y a preguntar cómo es que los nacionales usan algo de su artesanía como si fuera lo último de la moda. Entonces comienzan las respuestas. “Lina”, dicen algunos, “la esposa del expresidentes Uribe, las puso de moda”. Parece que esa exprimera dama tenía entre sus sueños apoyar las artesanías colombianas (¿no te he contagiado mi envidia?) y lo logró. La iniciativa, muy original por cierto, consistió en mandar a intervenir las tradicionales mochilas Wayúu, por las diestras manos de los mejores diseñadores internacionales, después de lo cual, se presentaron las fabulosas creaciones nada menos que en Milán. La diseñadora colombiana Silvia Tcherassi no dejó pasar la oportunidad de hacer sus propias intervenciones que transformaron velozmente esas mochilas en algo chic y deseable (ver foto arriba). Otros tantos talentos nacionales, como Marta Arredondo (www.martaarredondo.com) y Claudia Blanchard (www.tiendafranciscoelhombre.com), se han tomado como causa continuar reforzando la tradición del trabajo en crochet con hilo de algodón (técnica a gancho introducida por los misioneros católicos) de la comunidad indígena Wayúu en la Guajira, región del Caribe colombiano.

Pilar Luna, la Directora Editorial de INFASHION Colombia, asegura que las mochilas ya se han instalado como un accesorio chic. Pero semejante moda no sería tan envidiable si no tuviera, adicionalmente, un apoyo para el trabajo de esa tradición Wayúu, pagando un precio justo. Cada mochila, que lleva al menos 20 días de trabajo, es tejida por una sola mujer, que se inspira en su propia percepción de la naturaleza para crear cada pieza, única e irrepetible. “Al principio, cada artesana le ponía un precio a su trabajo, pero como ellas no siguen un horario riguroso, resultaba difícil que tanto ellas como nosotros llegáramos a un acuerdo respecto al costo de su mochila”, comenta Blanchard. “Fue entonces que creamos una cooperativa que les asegurara una ganancia justa e igual para todas las tejedoras de la comunidad”. Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas en el proceso. Las artesanas no estaban acostumbradas a que una persona dirigiera sus diseños. “Me costó mucho trabajo que aceptaran hacer otro colorido menos estridente”, agrega la diseñadora de Francisco el hombre, “poco a poco les hemos demostrado que sus mochilas pueden verse lindas y venderse mejor si hacemos otras figuras y tonalidades en sus tejidos”.  Así es como algunas marcas han logrado que cada casta produzca, además de los tejidos tradicionales de su tribu, otras tantas figuras y tonalidades, de manera que su labor sea sustentable. Como resultado, los diseños de las mochilas van desde las clásicas hasta las sofisticadas, todas ellas con rasgos distinguibles de la artesanía colombiana.

A esto le llamo hacer limonada cuando lo que hay son limones. Si tú estás experimentando un poco de envidia de la buena, como la mía, tal vez puedas ayudarme a hacer algo por el estilo en nuestro México, que tiene tantas y tan maravillosas artesanías, prendas y bolsas tradicionales.

Fotos: (1) Mochilas de Silvia Tcherassi. (2) La diseñadora Amelia Toro luciendo una mochila tradicional de su país. (3) La diseñadora de mochilas Wayúu, Marta Arredondo. (4) Mochila en exposición en el congreso Académico Ixel Moda, en Cartagena, Colombia. (5) Mochila de una de las periodistas en Ixel Moda. (6) Una de las asistentes al congreso mostrando su mochila. (7) Mochila con cristales de Swarovski, de Silvia Tcherassi.

Más sobre la tradición de las mochilas Wayúu en:
http://mochilas-waleker.blogspot.com/2008/06/un-poco-de-historia-sobre-el-tejido.html