10/10/2010

¿Por qué me critican si soy genial?




A nadie le gusta escuchar que es malo haciendo lo que ama y mucho menos aceptarlo. Yo he hecho cosas que no me salieron bien, varias de hecho, y nadie tuvo las agallas para decírmelo en el momento. Sin embargo, cuando uno es una personalidad pública, como lo son los diseñadores, los modelos o los líderes de opinión, todo el mundo se siente con el derecho de restregarnos en la cara la verdad de cómo nos desarrollamos profesionalmente. Nunca más cierto el dicho que versa: la verdad duele.

No me voy a extender gran cosa contándoles de una época de mi vida en que di noticias en televisión. Tal vez con un poco de práctica y alguna supervisión de alguien que supiera lo que estaba haciendo, pude llegar a ser menos mala. Pero no pude esperarme a que lo improbable sucediera, porque la verdad no tenía talento alguno para ser conductora de noticiero.

Si hablamos de mi trabajo de diseñadora, también puedo decir que he tenido mis grandes errores. Recuerdo haber mandado dos bocetos a competir para un concurso de moda dirigido (ya desde entonces) por Anna Fusoni. Uno de mis dibujos fue aceptado y yo debía presentar el atuendo en una pasarela. El vestido desfiló y salió en Vogue, pero no ganó. Al paso de los años me doy cuenta de que mi diseño era una buena idea en papel, pero parecía un disfraz ya confeccionado. Ahora entiendo que el diseñador debe concebir sus creaciones como prendas y no como ideas.

Mi vestido de novia, también padeció esa obsesión que tienen las diseñadoras primerizas, por ponerle demasiado detalle a la ropa. Ciertamente, la costurera que me confeccionó el traje hizo un trabajo muy deficiente, pero lo peor lo hice yo. El resultado fue una cursilería. Los elementos por separado eran bonitos, pero todo junto era demasiado. No había punto focal.

Ahora a mí me toca la difícil tarea de elegir a los ganadores de concursos de estudiantes o de aspirantes a un premio. Veo desfilar muchas ideas que reconozco habrán sido buena en papel y muy pocos diseños que funcionan puestos sobre una modelo. Pasa lo mismo cuando asisto a una pasarela profesional, no sólo de mexicanos, también he visto las fallas de confección o de trasformación del papel a la tela en personalidades de la moda internacional y de altos vuelos.

Pero, ¿qué hace el estudiante, el candidato a un premio o el diseñador ante una crítica en contra de sus creaciones?  Hay los que la toman en contra del crítico (eso se los puedo jurar), los que tratan de probar que todo lo que se vio mal, fue un efecto óptico (también me ha pasado) o los que se sumen en una profunda depresión y, por último, los guerreros: los que absorben todo lo lastimoso para no repetirlo en la próxima batalla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El ego juega un papel importante en ésta profesión basta profundizar un poco en la psicología y el comportamiento del ser humano. La realidad es que si sólo se reciben halagos la persona se empatana en la mediocridad y se hunde en las mismas arenas movedizas donde se plantó gracias a tantos halago y elogios mutuos, en cambio cuando se le critica constructiva y respetuosamente, es para que se superen los detalles que quizá el diseñador no vé desde su perspectiva, es para que sea mejor y no se estanque, una critica sana y equilibrada debe incluir tanto lo desagradable como los puntos fuertes para que pueda seguir explotandolos en un futuro…una especie de jalón de orejas y estímulo como cuando animamos a alguien de nuestra propia familia a que se supere… empatía, apoyo en su propia realidad..
Quien desafortunadamente no soporta la critica ó no puede lidiar con ella, no se trata de su trabajo de diseñador, más bien tiene que ver con su psicología y autoestima, si alguien se quiere superar, en realidad, busca ver donde puede mejorar y no donde quedarse estancado..
Una persona madura acepta la estocada y hasta la humillación si así puede decir que es el sentimiento que le ha provocado algún comentario, acepta con madurez y sabe separar lo que es valioso como aprendizaje y desecha lo que no tiene que ver con él…, y si sufre un tropiezo, se levanta, aprende de los grandes personajes no solo diseñadores, sino de personas que tras numerosos fracasos, lograron el éxito: por ejemplo Graham Bell ó Abraham Lincon….
Los guerreros pasan a la historia…
saludos

Fanny dijo...

Opino que son muchas las razones por las que una persona no acepta sus errores. Creo que la principal causa es que no sabemos escuchar, analizar y luego comprender, además si sumamos una postura arrogante obtendremos un desastre. Hay críticas que llevan una intención claramente negativa y destructiva y aún de ellas podemos rescatar algo para nosotros y hay otras que nos sirven para crecer no sólo como diseñadores si no también como personas.

La cuestión fundamental para comprender, entender y asimilar dichas críticas (según mi humilde opinión) es tener un total conocimiento de uno mismo, saber que no somos perfectos pero que tenemos habilidades y capacidades para evolucionar y en el caso de las críticas mal intencionadas escucharlas pero no gastar demasiada energía en ellas; pues nos estaríamos concentrando entonces en las cosas negativas ajenas a nosotros y no en las positivas que están bajo nuestro control.

Me encantan tus artículos, aunque aún me estoy haciendo una idea sobre el más reciente. BUENAS NOCHES.