Ya no se puede ser un patán en privado. Ahora la tecnología se encarga de transmitir al mundo cuando uno se pasa de bocón o cuando uno despliega un discurso plagado de sandeces con el propósito de herir al que te provoca. Porque si bien es cierto que John Galliano dijo las cosas más políticamente incorrectas que se puede pensar, también lo es que él estaba emborrachándose solo en su mesa y su actitud era más de “déjenme en paz con mi alcohol”, que otra cosa. La mujer que le hablaba, evidentemente lo exasperaba, le picaba la cresta y, por desgracia, lo estaba también grabando.
Ya Mel Gibson nos había dado una lección de lo que puede suceder cuando te metes con el tema de los judíos. Otros pecadillos como drogarte frente a tu bebé (Kate Moss), darle golpes a tu secretaria con el teléfono (Naomi Campbell) o acusar falsamente a un miembro de la familia real monagesca de violación (Karen Mulder), no parecieron tener el impacto, dentro de la industria de la moda, como las palabras de un Galliano irritado e intoxicado.
En estos días hemos sido testigos del desplome de uno de los grandes genios de la moda y su caída nada tiene que ver con su oficio, eficiencia o talento. No, nada más lejano.
París vio el último desfile con sus creaciones para Dior, pero a Galliano no le fue permitido presenciar la emoción y los aplausos que arrancó su trabajo. Fueron, en cambio, los artesanos de su taller, los que salieron a agradecer a un público consternado por la desaparición de uno de los genios en la escena de la moda.
Dior aclaró que, como marca, no sólo no comparte las supuestas inclinaciones antisemitas del diseñador, sino que quiere hacer patente que el holocausto es una etapa de la historia vergonzosa. Por lo tanto, se deslinda profesionalmente de quien diera a esa casa francesa la cirugía necesaria para volver a la lista de popularidad en el mercado de lujo.
Sin Galliano, Lacroix y McQueen, comienza a verse desierta la escena en la alta costura. Ahí están Karl Lagerfeld, quien también revivió en su momento a Chanel y Jean Paul Gaultier, el enfant terrible de París, apuntalando la escena. Suenan otros nombres conocidos para hacerse cargo del puesto vacante en Dior, pero éste no puede ser ocupado hasta cumplirse ciertos requerimientos legales.
Se dice que Galliano está ya en una clínica de desentoxicación. Se sospecha que finalmente reconoce que ha sido víctima de su mal alcohol. Se rumora que el diseñador niega odiar a los judíos o admirar a Hitler. Se especula que piensa demandar a Dior.
El problema es que un video puede impactar años de una carrera estelar. No se trata de un skinhead que se recrea en la violencia o un político que puede alterar el futuro de un país. Sino de un genial loco con la lengua muy larga y un futuro impreciso.
1 comentario:
" Se dice que Galliano está ya en una clínica de rehabilitación. Se sospecha que finalmente reconoce que ha sido víctima de su mal alcohol " ojala todo lo anterior sea cierto, ese sería el primer paso para que el genio pueda regresar y en eso es en lo que hay que apoyarle. Marc
Publicar un comentario