Si bien es cierto que en el Distrito Federal la primavera es lo más parecido a lo que debe ser un verano, la tan esperada temporada no deja de sorprender con unos cuantos días frescos, si no es que fríos. ¿Qué puede uno hacer? ¿Usar abrigo y botas después del 21 de marzo?¿Mandar las chaquetas de terciopelo y los suéteres a la bodega hasta octubre?
No queda más que ser ingenioso para no lucir totalmente fuera de lugar. Es importante concentrarnos no solo en la tonalidad sino también en la textura de la ropa. Sin duda hay prendas que por ser claras pasan como frescas, lo mismo sucede con ciertas telas. Otra opción muy socorrida en los lugares en los que el aire acondicionado ataca con su baja temperatura al que trata de refugiarse del calor, es el sistema de capas: llevar varias prendas ligeras una encima de la otra.
Sin embargo, el día que el sol calienta y el calor impera, hay que resistir la tentación de llevar ropa de playa a la oficina. Una blusa sin mangas, una falda ligera y unas sandalias ya son suficiente indicación de que gozas la primavera, no hay necesidad de llevar vestidos strapless ni chanclas de pata de gallo. También los hombres deberás conservar su look ejecutivo, pero aligerar el peso y color de su vestimenta. Nada de shorts, crocks o sandalias. Bienvenidos los trajes o separados de lino y algodón, los tonos arena y los zapatos marrón.
No hay que olvidar que los corazones están más susceptibles a ser flechados por Cupido en esta época. Los pájaros, las abejas, los conejos y los perros no pueden, todos, estar equivocados. Pero ligar no es y nuca será sinónimo de mostrar. Por el contrario, incluso en la primavera hay que permitir que el misterio sea tu aliado.
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