Si alguien me hubiera contado que en tan sólo algunos años el número de escuelas de diseño de moda se duplicarías cada año, simplemente no lo hubiera creído. Cuando yo quise estudiar esa carrera había una sola escuela dedicada al tema: La Corregidora. Esa institución era muy técnica y tenía poco que ofrecer en la parte teórica así que opté por estudiar comunicación. Más adelante tuve que seguir mi verdadera vocación, por lo que decidí irme a estudiar moda a Los Angeles, C.A.
Al comenzar la carrera de diseño de moda supe, inmediatamente, que no tenía ningún talento para el patronaje. Entonces decidí cambiar mis materias técnicas por otras correspondientes al diseño de aparadores. En su momento tuve serias dudas sobre esa decisión, porque mi sueño era tener mi colección de ropa y había escuchado decir que hay que saber más patronaje que otras cosas para convertirse en un diseñador bueno. Sin embargo, a la distancia, creo que intuitivamente ya iba eligiendo un camino editorial más que de diseño.
Lo que nunca imaginé, ni en mis más ambiciosos sueños, es que terminaría dirigiendo revistas. Antes de llegar a mi destino final, pasé por varios puestos. En algunos trabajos me ayudó mucho ser comunicóloga, en otros, las materias de diseño y aparadorismo fueron superútiles. Hice de todo: vender ideas para adornar camisetas, coordinar la producción de esas mismas playeras, hacer control de calidad, dibujar flats (los croquis de las prendas para los catálogos o look books), diseñar ropa para tiendas departamentales, diseñar una colección de camisetas, hacer la publicidad y catálogos de El Palacio de Hierro y, finalmente, escribir de moda y belleza para revistas y periódicos. Ciertamente tuve suerte al entrar como colaboradora, primero, y después como Editora de moda a Vogue (en donde también hacía las veces de coordinadora de moda). Fue mi primer trabajo en la parte editorial y siempre le estaré agradecida a Noe Agudo, el editor de ese entonces, por darme semejantes oportunidades.
Al estar en este medio por tanto tiempo, he podido ver los diferentes aspectos que una persona interesada en la moda puede desarrollar laboralmente. Escribir y editar una revista son mi verdadera pasión. Pero sé que podría dar clases, conferencias, asesoría de moda o retomar mi trabajo de guionista (que fue lo que me llevó a estudiar comunicación) para hacer programas de televisión sobre estilo de vida. Otros muchos colegas se han dedicado a ser compradores, aparadoristas, ilustradores, coordinadores de moda o asesores de estilo a muy alto nivel. Tengo una amiga, por ejemplo, cuyo trabajo consiste en elegirle la ropa que van a lucir los conductores de los noticieros de Fox News en Nueva York.
Lo que me interesa es trasmitir a todos los cientos de estudiantes de las carreras de diseño de moda o comunicación, que hay miles de caminos hacia la moda. Lo único que requieren es una verdadera pasión.
Aquí les dejo el link a mi escuela en Los Angeles
http://fidm.edu/